Así es la maternidad, siempre tendrás a “la vieja del visillo” vigilante, acechando y dispuesta a soltarte esa perlita que te dejará patidifusa. En mi caso, los consejos, sugerencias o incluso amenazas (“sí, sí, tú métele en tu cama que no saldrá hasta que le salga barba”) han sido muchos y variados en estos siete años de vida en común con mi hijo. Sigue leyendo
Así es la maternidad, siempre tendrás a “la vieja del visillo” vigilante, acechando y dispuesta a soltarte esa perlita que te dejará patidifusa. En mi caso, los consejos, sugerencias o incluso amenazas (“sí, sí, tú métele en tu cama que no saldrá hasta que le salga barba”) han sido muchos y variados en estos siete años de vida en común con mi hijo. Sigue leyendo