Título original: Before I fall
Páginas: 474
Editorial: Ediciones SM
Samantha Kingston lo tiene todo a su favor: es guapa, es popular y sale con el chico perfecto. El viernes 12 de febrero debería ser un día más en su fácil vida, pero no lo es: es el último día. O más bien los últimos, porque Samantha se despierta una y otra vez en la mañana del viernes 12 de febrero y vuelve a vivir la misma jornada siete veces… hasta que se da cuenta de que en su mano está realizar cambios minúsculos que supondrán diferencias enormes.
La historia tiene un mensaje obvio de que hay que pensar dos veces las cosas antes de hacerlas. Pero siento que la autora exageró mucho al llevarlo a cabo. La trama se me hizo bastante peculiar, por eso le dí tres estrellas, me gustó eso de despertar siempre el mismo día y repetir tus acciones hasta que hagas las cosas bien. Pero donde siento que exageró muchísimo fue al crear a los personajes. Samantha y sus tres amigas (Lindsey, Ally y Elody) son de lo peor, egoístas, ególatras, bullies, Regina George de Mean Girls era un ángel junto a éstas cuatro niñas.
Pero uno piensa, ok, después de la lección algo aprenderá Samantha, y no, ven que sigue cometiendo las mismas estupideces una y otra vez, o sea, no es como que la lección fuera difícil, simplemente deja de ser una maldita imbécil (ya... respiro profundo y me calmo xD)
Realmente, leyendo el libro no me cabía el nivel de superficialidad de Samantha y sus amigas, especialmente después del accidente, y en los intentos de Samantha de cambiar su destino. Pero tarda muchísimo en prenderse el foco en su cabeza, casi hasta el final del libro comenzamos a ver a un ser humano normal en ella.
Y fue que me dí cuenta que el libro me estaba gustando y disgustando a partes iguales. De verdad se me hizo bastante interesante la idea, y sí habían momentos en los que me preguntaba qué haría ahora Samantha. Aunque me enojara su personalidad. Y aunque no es el mejor libro que he leído, se lleva muchos créditos por originalidad.