La boina aprieta el cerebro, dice mi sabio padre.
Soy de un pueblo pequeño. Una vez, un amigo que allí se quedó, me dijo que había sido un valiente por irme a una ciudad y montármelo por mi cuenta.
Le contesté que el valiente había sido él.
Que si no me dan miedo los haters, me pregutan.
Miedo me daría que la mitad de los emails que recibiera fueran convocatorias a reuniones y videollamadas.
Que si no sufro cuando pierdo pasta.
Sufro si me imagino el 1 de febrero del 2052 comiendo pastel hecho con estevia para celebrar que se acabó la tortura. Y la vida.
Que si no me produce ansiedad la incertidumbre.
Ansiedad me provoca ir una oficina y ver a un hijo de puta que lleva 23 años sentado en su escroto.
Perdón, quería decir escritorio.
Y la rutina, saberme el precio del kilo de pollo o poder responder si me preguntan dónde estaré dentro de cinco años. Eso me causaría pesadillas.
Esa es una buena lista de las cosas que me aterrorizan. Si no coincidimos solo te pido un favor, que la próxima vez que vaya a hacer un trámite a tu ventanilla no me digas que me falta un papel.
Porque uno no es libre hasta que sabe vender,
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Acepto la política de privacidadLa entrada Si no estamos de acuerdo en esto no nos vamos a entender se publicó primero en Luis Monge Malo.