Los expertos recomiendan realizar revisiones periódicas y no descuidar la higiene bucodental. Y no hace falta que te lo digan los expertos…es de lógica.
Ya sea por una deficiente higiene bucodental, una enfermedad, padecer caries, un traumatismo, un tratamiento dental inacabado…y un sinfín de causas más. Sea cual sea el motivo, es bastante habitual que a lo largo de nuestra vida perdamos una o varias piezas dentales.
Aunque resultan muy obvias las consecuencias estéticas que ocasiona la pérdida de un diente de la parte frontal de nuestra dentadura, muchas personas optan por no reemplazar los huecos dentales menos visibles y no son conscientes del riesgo que supone para su salud.
Actualmente esto tiene fácil solución, pero, algunas personas, bien porque conlleva un gasto elevado o bien por el miedo a ir al dentista, optan por no reponer la pieza perdida. En concreto, esto, aparte de los inconvenientes estéticos que supone, puede provocar numerosos problemas bucodentales que, de no ponerle freno, pueden resultar nocivos para nuestra salud. Veamos a qué me refiero cuando hablo de “nuestra salud”, porque dicho así queda demasiado general y más vale especificar para que quede todo claro.
Las 5 consecuencias de perder una pieza dental y no reponerla son las siguientes:
1. Movimientos dentales: es habitual que los dientes adyacentes a la pieza perdida tiendan a moverse y ocupar el vacío que ha quedado libre. Estos movimientos pueden provocar contactos con otras piezas dentales que pueden resultar dolorosos ya que pueden producir alguna fractura, caries, sangrado o inflamación en las encías.
2. Dificultad en la masticación: los molares y premolares son esenciales en una mordida equilibrada ya que son los que ejercen la mayor presión a la hora de masticar. Con la ausencia de un diente, el resto tendrán que trabajar más, lo que provocará una sobrecarga en el resto de dientes y esto puede ocasionar desgaste y dolores añadidos.
3. Pérdida ósea: con el paso del tiempo, el hueso que sujetaba el diente perdido llegará a atrofiarse debido al desuso, lo que derivará en tratamientos dentales más largos, costosos y dolorosos. Vamos, que nos costará más caro el dejar el hueco por no gastar en ese momento que el ponerle solución en el momento justo.
4. Problemas digestivos: como hemos visto, la pérdida de un diente puede alterar nuestro patrón de masticación, por lo tanto, también provocará problemas digestivos.
5. Dificultad en la pronunciación: hay muchas letras para las que necesitamos los dientes para pronunciar correctamente, por lo que la ausencia de alguno de ellos puede afectar a la pronunciación de algunas palabras, tal como les pasa a muchos niños.