Antes de que Miyamoto Usagi iniciase su peregrinaje del guerrero en Japón, otro espadachín errante partió a recorrer una senda de aventuras en la Europa del Medievo. El conejo aventurero y espadachín Nilson Groundthumper puede que tenga el cerebro de un lelo, pero tiene el corazón de un héroe, y cuando conoce al simplón e inocente Hermy, ambos no se detendrán hasta que encuentren una cruzada que puedan decir que es la suya.
Más que un simple precursor del adorado Usagi Yojimbo de Stan Sakai, las crónicas de sus descerebrados medievales son tan divertidas, emocionantes y están tan hermosamente ilustradas como la saga del familiar conejo ronin.
Esta recopilación a todo color incluye las hazañas completas de Nilson y Hermy en las que se enfrentan a ladrones, magos y monstruos y se pierden allá dónde van.Porque la mayoría de los personajesfamosos vienen de otros menosconocidos, aunque igual de estupendos
No es esta la primera vez que hablamos en Castillos en el Aire de la obra de Stan Sakai, seguro que muchos recordáis al conejo ronin, al héroe solitario que vive diversas aventuras en un Japón medieval y que le da fama mundial a su creador, Miyamoto Usagi. Pues bien, antes de crear a este presunto secundario que acabó protagonizando la práctica totalidad de la obra de Sakai, este americano de ascendencia nipona creo a dos héroes… atípicos, realmente divertidos y con las primeras trazas de lo que sería el grueso de su creación, Nilson Groundthumper y su inseparable Hermy, dos “héroes” medievales muy, muy interesantes.
En esta primera historia de Sakai ya podemos ver algunos de los rasgos de su obra más famosa. Animales humanizados, lagartos saltarines, amor por las tradiciones...
No sé quién es el más cabeza hueca de los dos, si el propio Nilson o el bueno de Hermy, pero lo que sí que os puedo decir es que esta serie es una de las más divertidas que he leído en los últimos tiempos, que empezó a publicarse en 1984, pero que no ha perdido ni un ápice de humor ni de frescura y que os la recomiendo, ya seáis mayores o pequeños, porque su humor es muy blanco y será muy bien entendido por los niños, pero encantará a los mayores.
Me lo he pasado muy, pero que muy bien leyendo “Las aventuras de Nilson Groundthumper” y me encantaría que, gustándome mucho Usagi, el gran Stan Sakai se olvidase durante unos meses de su ronin y volviese a meterle mano a su héroe medieval europeo, porque me ha encantado.
Estupenda lectura para todos los públicos.
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