Si quieres vivir sano, deja de consumir fármacos

Publicado el 23 marzo 2019 por Carlosgu82

¿Por qué en nuestro Planeta aumenta la enfermedad y disminuye la salud? ¿Cómo comprender que a pesar de que la tecnología médica sigue avanzando, los índices de la enfermedad permanecen en un considerable superavit? ¿Acaso es verdad que la herencia genética determina necesariamente nuestra salud? ¿Es realmente necesario consumir fármacos para vivir saludable? Estas son sólo algunas de las preguntas que permanecen en el pensamiento y en la reflexión a nivel mundial de quienes no son profesionales de la salud, particularmente, de quienes atienden en un hospital o en otro lugar clínico a sus seres queridos o de quienes padecen alguna enfermedad. El planteamiento de estas interrogaciones impele a darles una respuesta que ayude a comprender las causas que provocan los desiquilibrios de la salud en nuestra especie.

Desde ahora quiero decirte que la vida se comprende esencialmente como un dinamismo espacio temporal ligado a la actividad química universal. En efecto, tanto el espacio sideral como sus diversos componentes, producen diferentes elementos químicos cuya actividad energética y molecular transmite de manera constante a todas las células de los seres su influencia fotogénica, gaseosa, mineralizada, protéica y vitamínica. De hecho, en nuestro cuerpo existen oxígeno, hidrógeno, nitrógeno y carbono, entre otros elementos químicos provenientes de los astros; hay también en nuestro cerebro al rededor de siete sustancias que son drogas naturales, las cuales posibilitan sus actividades motoras diarias; una de ellas es la melatonina que se activa en cuanto cerramos los ojos para disponernos a dormir, lo cual es posible ya que reduce el nivel de oxigeno y de la sangre en él, ocasionando también la reducción electromagnética para relajar a todo el sistema nervioso, logrando que durmamos. Entonces, digamos que esa primera química del Universo hace posible nuestra vida natural todos los días. Resulta comprensible pues, que en nuestro cuerpo ya hay químicos y fármacos naturales que mantienen la armonía de los diferentes sistemas de él, conservándolo saludable y en constante evolución y desarrollo.

Ahora bien, si ya el Universo nos provee diario de los nutrientes que obtenemos de lo que consumimos y bebemos todos los días ya sea por los vegetales, las frutas, los cereales, los animales u otros alimentos, así como de las drogas cerebrales naturales, no hay ninguna necesidad de seguir consumiendo fármacos para mantener la salud o para contrarrestar las enfermedades. Es mucho mejor comprender que una “segunda química”, es decir, la manipulación en laboratorio de los químicos naturales contenidos en las células de las plantas, de los animales o de los insectos, como también de las propiedades de los minerales o de otras formas vivas, para elaborar un comprimido o una suspensión destinados a combatir un virus, una bacteria, un síndrome o una afectación celular, resulta más contra producente que efectiva porque provoca una contaminación a esos nutrientes y a esas sustancias que la naturaleza dispone de manera sabia para que nuestra energía y su funcionamiento adecuado haga posible la armonía y el orden necesarios para nuestra salud y existencia en la biosfera. De ello se sigue que muchos medicamentos en lugar de contribuir en la salud de los pacientes, les enferma más.

No perdamos de vista el hecho de que la farmacéutica es uno de los negocios mundiales más jugosos debido a que la ignorancia de muchos en materia médica, provoca que en lugar de detener la proliferación de la enfermedad, la promueva y la aumente. No niego que la medicina y la práctica médica son importantes para mantener la salud mundial. Sin embargo, sí declaro que existen profesionales de la salud, químicos y farmacéuticos que prefieren engordar sus billeteras a costa de la falta del interés de muchos por saber sobre constructos científicos, en vez de verdaderamente ayudarles a sanar. En otras palabras, a ellos les conviene que haya cada vez más enfermos para seguir vendiendo. Entonces, la realidad consiste en que mientras haya más consumidores sin información, los laboratorios, farmacéuticos y practicantes de la medicina, siguen manteniéndose aunque violen no sólo las bondades de la naturaleza universal sino la integridad y el bienestar de los consumidores. Para evitar esta actitud mercantilista te sugiero que leas sobre nutrición, medicina y bioquímica porque estas ciencias estudian y explican lo relacionado a la actividad celular, molecular, energética y orgánica de los seres vivos, especialmente de nuestra especie. A través de estas disciplinas científicas puedes comprender que nuestro cuerpo necesita nutrientes como las proteínas, vitaminas, minerales, lípidos y sacáridos para mantener su energía diaria. No menos puedo decirte que desconocer la producción y el mantenimiento de la melanina, contribuye a la falsa creencia médica de que la glucosa es la que produce la energía de nuestro cuerpo. La glucosa en todas sus formas químicas no produce energía porque no puede hacer la conversión fotogénica de las moléculas del agua; en cambio, la melanina sí lo hace.

Como podrás advertir, en realidad muchas de las enfermedades son resultado de la falta de información de parte de los consumidores de fármacos, de las actitudes mercantilistas de quienes los producen y los comercializan, del juego de intereses de los profesionistas de la salud y de los inadecuados hábitos de nutrición en la mayoría de los pacientes. Además, otra de las causas del aumento de las enfermedades humanas es la falsa comprensión del trabajo genético en nuestra naturaleza. Desde que Mendel construyó su teoría de la Herencia Genética fundamentada en la observación de la familia de las vainas de los chícharos, hasta el descubrimiento del Ácido Dexosirribonucleico (ADN), se cree que la información genética es la causante del cáncer, la diabetes, la obesidad, la hipertensión, la hipotensión, entre otros padecimientos, por herencia, como si nuestros ancestros los hayan padecido desde su nacimiento para transmitirlos en “suerte” a algunos miembros de su árbol genealógico. Si los genes del modelo ADN son originados en la enfermedad, entonces todos realmente naceríamos enfermos; si en un determinado tiempo necesariamente en una persona va brotar el cáncer, eso supone que el gen está canceroso desde su comienzo. ¡Vaya! no cabe duda que las falsas creencias comunicadas por algunos van contaminando y sugestionando el pensamiento de muchos y muchas. Esto sí influye en la enfermedad porque lo psicosomático tiene su inicio de manera precisa en creer sin investigar lo que se padece. No todo lo que se dice es verdad, por ello, estoy convencido que la lectura y la investigación por cuenta propia, ayudan a vivir mejor. En efecto, en la medida que obtienes información, el conocimiento y el saber acaban con las falsas creencias y con todos aquellos mecanismos sistemáticos que generan sociedades enfermas tanto en el cuerpo como en el pensamiento.

Recuerda entonces que no es NECESARIO CONSUMIR FÁRMACOS; en cambio, sí es urgentemente necesario que conozcas más la actividad universal, las ciencias que contribuyen a tu bienestar y que generes un pensamiento crítico que te lleve a detectar y reconocer las maneras diversas en que unos cuantos influyen en la mayoría para seguirles enfermando o manipulando a su gusto a nivel mundial. Sin duda, esto te dará la satisfacción de vivir más saludable. ¡Te lo garantizo!