Si se cerraran la mitad de los prostíbulos que funcionan en el territorio nacional, el índice de desocupación ascendería cuando menos al 20%

Por Andi

Susana Trimarco, quien bien podría ser nominada como la mujer del año, en lugar de Florencia de la Vega, está ahí, de cara al Poder, mostrando la enjundia digna de una madre. La cosa es que Marita Verón sigue desaparecida y temo que, a esta altura de los acontecimientos, ya haya sido muerta, o sacada del país, rogando a Dios equivocarme.

Sí le voy a reafirmar, no sin antes pedirle disculpas por haberme extendido por demás en la introducción, el título de mi misiva de hoy, así Ud. interprete que exagero.

Los prostíbulos han sido parte de nuestro paisaje desde siempre. Ocurre que día que pasa, y no obstante lo avanzado de la tecnología, el estado de descomposición social también avanza. Y se lo sintetizo en una pregunta: ¿acaso existirían los prostíbulos si la demanda no fuera igualmente proporcional? Y si quiere, le tiro otra. ¿Acaso hubieran podido los mal denominados "travestis", desbancar de la vía pública a la prostitución femenina, "a esa puta" tan vieja como la historia misma? Me mira, y mueve la cabeza. No alcanzo a entender si lo hace asintiendo, o sintiendo algún tipo de remordimiento. Un remordimiento que por sobre todo tiene que ver con esa falta de compromiso que tenemos. Ese constante "agachar la cabeza". Esa constante manía de hablarnos por lo bajo, temerosos de que nos escuchen, como si se tratara de "un doble de Tenis".

¡Sí señor!; en nuestro país, se puede fornicar por precio, en cualquiera de los tantos prostíbulos. Y los hay para todos los gustos, desde categoría VIP, a la que se desarrolla en la mayor promiscuidad. ¡Quiere una menor... tiene una menor! Es cierto; seguramente detrás de esa menor, hay una madre o un padre desesperados, tratando de dar con su paradero. Ergo: son 13 los hijos de puta aguardando la condena que espero les llegue. Para contar a los hijos de puta que regentean, forman parte del negocio, y quienes se sirven de él, seguramente habría que hurgar "finamente" en el Padrón Electoral. "¡Qué barbaridad, che... y nadie hace nada!", sería la síntesis más apretada de esa cobardía vergonzante que nos caracteriza. Eso sí; para hacernos los machos, somos mandados a hacer... ¡que venga el principito, que venga!, total el cuero lo va a poner otro, así no sepa siquiera "de qué se trata".

Porque siempre estamos esperando "del otro". ¡Si alguno arranca, yo lo sigo, pero en el papel de boludo no me engancho! ¿Le suenan estas frases?

Pero... ¿acaso Ud. no sigue paso a paso el juicio que tiene por única demandante a Susana Trimarco? ¿No se va a encolumnar detrás de ella?

Es verdad; prometí no abordar el tema... ocurre que estoy rabioso, y me sale espuma de la boca. Tal vez, Ud. tenga razón, y yo no deba gozar de esos "recreos" que me conceden desde el manicomio.

Ricardo Jorge Pareja