«Si, se pudre»

Publicado el 22 febrero 2020 por Carlosgu82

SÍ, SE PUDRE”

Bajo mi punto de vista, el lema de Podemos, en vez de ser “Sí, se puede”, tendría que ser “sí, se pudre”, porque este partido político tiene la habilidad de pudrir “todo lo que toca” y, desgraciadamente, no puedo decir que esa habilidad sea “rara”, no puedo decir que “Unidas Podemos tenga esa rara habilidad”, porque en esta pobre España nuestra, esa es una habilidad cada vez más extendida. El mariscal Otto Von Bismarck, muy acertadamente, dijo, a principios del siglo pasado “España es el país más fuerte del mundo porque a pesar de que lleva siglos intentando destruirse a si mismo, aún no lo ha conseguido” y es que, tradicionalmente, los enemigos más dañinos los hemos tenido dentro de la propia España.

Estaba pensando en escribir un artículo, o una serie de ellos, sobre los mayores enemigos que España ha tenido, a  lo largo de su Historia, dentro de la propia España, pero he decidido postergarlo, o postergarlos, porque tras la conformación de este Gobierno  comunista, bolivariano y proetarra, como muy bien definió el señor neoriders, al que aprovecho la ocasión para saludarlo, me he dado cuenta de que tanto Sánchez como Iglesias, todavía pueden hacer “grandes” cosas al respecto  y que habida cuenta de que el nombre de Jose Luis Rodriguez Zapatero ha salido a la luz en estos últimos días, y nunca por nada bueno, también me he dado cuenta de que si ya de por sí se había ganado el derecho a protagonizar uno de esos artículos, o un lugar destacadísimo en el único que escribiera al respecto, todavía puede “superarse” pues todavía cuenta con gran capacidad para dañar la imagen de nuestro país ante la comunidad internacional.

Ya he dicho en algún que otro artículo mío que desde la irrupción de Podemos en la política española todo es más sórdido, más sucio, más opaco, menos “caballeroso”, las reglas del juego democrático se respetan menos, los gestos de cortesía política son menos frecuentes…uno, viendo la cuestión política desde fuera tiene la sensación de que hemos entrado en una fase del “todo vale” en política.

Desde que vi el escrache que, hace algunos años,  se le hizo a Rosa Díez, de UPyD , una mujer íntegra y cabal que a mí me gustaría ver, algún día, liderando a una izquierda completamente carente de moral como es la izquierda española actual, necesitada de gente con principios como ella, en la Universidad Complutense de Madrid (¡cómo no!), escrache promovido por Pablo Iglesias al que se le ve en algún video publicado en Youtube, arengando a los estudiantes a que le griten y la increpen, para no dejarla hablar, a pesar de que él, luego, mintiera diciendo que había hecho lo contrario, que había tratado de apaciguar al estudiantado; desde que viera a Cristina Cifuentes caminando por una calle de Madrid y unos energúmenos gritándole al oído y la pobre mujer visiblemente aterrorizada, a punto de echarse a llorar…desde que viera esas cosas, ya me di cuenta de que algo había cambiado en la política española y ese “algo” que había cambiado en la política española había sido el surgimiento de un personajillo acomplejado, revanchista, lleno de odio (pero que dice que los que odian son los demás) y ambicioso, muy, pero que muy ambicioso como es Pablo Iglesias Turrión y el partido político que creó, aprisa y corriendo, por imperativo de la narcodictadura venezolana para que le prestara su apoyo en Europa.

Eso de los escraches no es normal; iba a decir que eso era “política barriobajera” pero es que eso no es política; eso de enviar a un grupo de descerebrados, de los del tipo  que siempre están dispuestos para formar parte de una jauría; de esos de los que tienen que ampararse en el grupo para hacer lo que solos no tendrían el valor de hacer, a que intimiden a un rival político no es hacer política; tengo claro que es “barriobajero” pero igual de claro tengo que no es hacer “política”. Dice este sinvergüenza, que ahora ocupa una vicepresidencia del Gobierno, y que empezó con esta práctica mafiosa, que eso es “jarabe democrático” (ellos le ponen un epíteto bonito como es “democrático” a la mayor barrabasada que se les ocurra y ya está; todo solucionado). Pero es que, además, este individuo, que tiene rasgos psicológicos psicopáticos y que trata a los demás de “fascistas” y de “ultraderecha” cuando no coinciden con él,  se cree capacitado para dar carnés de “demócrata” y de desautorizar a la ciudadanía cuando no vota lo que a él le gustaría que votase; este peligroso individuo que junto con Sánchez y Rodríguez Zapatero forman un trío de lo más destructivo, están inmersos en una alocada carrera para ver cuál de los tres consigue hacerle el mayor de los daños a España.

Entre los tres, con esta postura interesada que mantienen respecto al problema de Venezuela, y al resto de los países que han implementado eso que llaman “socialismo del siglo XXI”, están arrastrando a España a una postura muy alejada de la que debiera de ser la postura de un país democrático; de uno de los países líderes; de uno de los países de mayor peso dentro de la Unión Europea.

La Unión Europea, a resultas de un informe elaborado por la Alta Comisionada por la Organización de las Naciones Unidas para la Defensa de los Derechos Humanos, la socialista chilena Michelle Bachelet, que determinó en ese informe que el régimen de Nicolás Maduro era un régimen dictatorial en el que no se respetan los derechos humanos; que encarcela a los disidentes políticos; que practica la tortura y que ha asesinado a más de dieciocho mil personas, decidió reconocer como presidente interino de Venezuela a Juan Guaidó, que era el presidente de la Asamblea nacional venezolana y apoyarle en su propósito de conseguir que se celebren elecciones libres, y limpias, en Venezuela y como medio para ayudar a conseguir tal propósito decidió imponerle al Gobierno venezolano una serie de sanciones como medida de presión, entre las cuales se encuentra la prohibición de pisar, o sobrevolar, territorio de la Unión Europea a cualquiera de los miembros del Gobierno de Nicolás Maduro señalados en una lista facilitada por la propia Comisión Europea.

A lo largo del pasado mes de Noviembre, el pueblo boliviano consiguió librarse de uno de esos sátrapas que se definen “socialistas” y que haciendo bandera de las mismas ideas que dice defender el actual Gobierno de España (aunque aquí los “indígenas” son separatistas catalanes), se perpetuaba en el poder en virtud de ese “know how” que se transmiten, unos a otros, todos esos países que dicen poner en práctica el llamado “socialismo del siglo XXI” que no es otra cosa que el comunismo “de toda la vida” que lo único que hace es empobrecer a las naciones y llevar el hambre y la muerte allí en donde se implementa, mientras sus líderes “viven a cuerpo de rey” (ellos que son todos tan republicanos). El sátrapa, de nombre Evo Morales, huyó, en principio a México y, luego, a Argentina y nueve miembros de su gabinete, dos de ellos sobre los que pesaban órdenes de busca y captura dictadas por la fiscalía boliviana, se refugiaron en la Embajada de México en La Paz (los otros no debían de tener la conciencia muy tranquila cuando decidieron imitar a los dos que ya habían sido reclamados por la Justicia boliviana).

Y llegó el día 27 de Diciembre y tuvo lugar un oscuro episodio en el que se vio envuelto personal diplomático de la Embajada de España de La Paz, en concreto la encargada de negocios que por esos días actuaba como embajadora dado que el embajador se encontraba de vacaciones (¿estaría realmente de vacaciones o, conocedor de lo que iba a suceder, decidió “poner los pies en polvorosa”?), así como el cónsul de España en dicha ciudad y cuatro funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía. Pues bien, todo este sequito, a las siete de la mañana, en dos vehículos adscritos a la Embajada de España,  intentó acceder a la urbanización en la que está situada esa Embajada de México, yendo los funcionarios policiales provistos de armas y con sus rostros parcialmente cubiertos por una especie de pasamontañas que ellos llaman “bragas tácticas”, siendo interceptados por funcionarios policiales bolivianos que vigilaban esa Embajada y por ciudadanos residentes en esa urbanización con los que tuvieron un altercado.

La embajadora en funciones sostuvo que esa visita no había tenido carácter oficial sino que había sido una visita “de cortesía” (¿una visita de cortesía a las siete de la mañana? Una visita a esa hora es de todo menos cortés).

El Gobierno español dijo que envió a un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores para que investigara los hecho (¡hay que ser cínicos para decir que se van a investigar unos hechos que han sido ordenados y dirigidos por ellos!). Como cabía de esperar, casi dos meses después de que acontecieran esos hechos, no se sabe nada sobre esa “investigación”.

El caso es que la Justicia boliviana ha citado a declarar a Jose Luis Rodríguez Zapatero, Baltasar Garzón, Pablo Iglesias Turrión, Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero. El primero ya ha dicho “que no va a acudir a la cita con la Fiscalía boliviana en base a que el Gobierno interino de Jeanine Añez no es democrático” (si a todos estos caraduras que apoyan, e intentan blanquear, a esos regímenes totalitarios de Cuba y Venezuela les dieran un céntimo cada vez que pronunciaran las palabras “democrático” y “libertad” para referirse a ellos, se habrían enriquecido más que en virtud del dinero que esos mismos regímenes les hayan podido pagar).

A resultas de esta violación de la soberanía boliviana por parte del personal diplomático español, el Gobierno boliviano ha decidido expulsar de Bolivia a la embajadora en funciones y al cónsul español en La Paz y el gobierno español, por su parte, en reciprocidad a la conducta boliviana, decidió expulsar de España a tres funcionarios del cuerpo diplomático boliviano, en una postura más que infantil.

Según fuentes gubernamentales bolivianas, esa intempestiva vista de la legación española tenía como finalidad el facilitar la huida de varios de los políticos bolivianos refugiados en la Embajada de México, entre los cuales se encontraría Quintana, que fuera ministro de Evo Morales y que era uno de esos dos miembros de su Gobierno reclamados por la Justicia boliviana, pues tendría información muy valiosa sobre la posible financiación de Podemos por parte del Gobierno de Evo Morales.

Así pues, sin haberse constituido aún el Gobierno comunista bolivariano y proetarra español ya España se vio envuelta en un grave incidente diplomático con Bolivia a cuenta de uno de los asuntos turbios que afectan a Podemos, como es el secreto a voces de que su financiación ha corrido a cargo de Gobiernos poco recomendables y con los que no es conveniente contraer deudas que luego haya que pagar.

Y hace unos días surgió uno de esos momentos en los que parece ser que la narcodictadura de Nicolás Maduro  se cobró una de esas deudas cuando el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se negó a recibir al presidente legítimo de Venezuela, al que si recibieron en calidad de tal otros líderes de otros Estados comunitarios europeos. Los líderes de la derecha española sí recibieron a Juan Guaidó como se merece, como el héroe que es, lo que se puso de manifiesto a su llegada a Caracas cuando en el aeropuerto fue agredido por los sicarios chavistas. Sin embargo, la postura del Gobierno español no pasó desapercibida para nuestros socios comunitarios y máxime cuando Sánchez se refirió a él como “al líder de la oposición venezolana”, desdiciéndose a sí mismo, pues en febrero del año pasado lo había reconocido como “presidente legítimo de Venezuela”. Y, ¿qué es lo que ha cambiado desde febrero de 2019 a esta parte?, pues lo que ha cambiado es que Unidas Podemos ha entrado en el Gobierno.

Sin tiempo, todavía, para superar ese escándalo, se produce uno nuevo: la noche del pasado 20 de Enero, un avión fletado por el Gobierno venezolano aterriza en el aeropuerto de Barajas y el ministro de Transportes español, Jose Luis Ábalos, acude a recibir al ministro de Turismo venezolano, Plascencia, con el que, además, parece que le une una relación personal de amistad. Pero luego se supo que en el mismo avión viajaba Delcy Rodríguez, que es la número dos del Gobierno de Nicolás Maduro y una de las personas señaladas por la Comisión Europea en esa lista de personas acusadas de violación de los Derechos Humanos en Venezuela y que tienen prohibido no solo pisar suelo comunitario sino también sobrevolar  su espacio aéreo.

Y a partir de ese momento, las versiones del ministro Ábalos, que da hasta seis diferentes, se contradicen unas con otras, al tiempo que su desprestigio va en aumento y se convierte en el hazmerreír nacional. A todas estas,  los EEUU lo ponen en su lista de personas “non gratas” y PP y VOX presentan sendas querellas contra él, por prevaricación, mientras que Ciudadanos solicita en la Comisión Europea que se investigue si España violó la normativa comunitaria al contravenir la normativa dictada por ella.

El ministro Ábalos, en un primer momento, aseguró que Delcy Rodriguez no había venido; luego reconoció que sí había venido pero que no la había visto; luego dijo que sí la había visto pero que solo la había saludado; luego dijo que había mantenido una breve conversación con ella por espacio de veinte minutos y que gracias a eso había evitado un conflicto diplomático (o sea, que asumió el papel de “bombero-pirómano” pues dice resolver el problema que él había creado); siempre dijo que Delcy no se había bajado del avión; luego que, acompañado de un funcionario adscrito a Extranjería habían seguido sus indicaciones para no violar la normativa comunitaria y había ido a las áreas a las que, según este funcionario, Delcy podía acceder sin violar las prohibiciones comunitarias…

Por último, un ciudadano ejemplar, un vigilante que trabaja en el aeropuerto de Barajas, declaró, ante notario, que él fue testigo de que Delcy Rodríguez y el ministro Ábalos habían estado juntos paseando por la sala VIP y que, incluso habían visitado el “Duty Free”; que lo hicieron por espacio de unas dos horas y que dos carros repletos de maletas fueron desembarcados del avión y que no pasaron el control de equipajes a pesar de que no estaban marcadas como “valija diplomática”. ¡Cuarenta maletas! Por cierto que este vigilante ha sido apartado de su puesto de trabajo lo que me recuerda a que el prior del Valle de los Caídos, el padre Cantera, que se opuso a la exhumación de los restos de Franco, se encuentra hoy con que sobre su orden religiosa, los benedictinos, pesa la espada de Damocles de su expulsión por parte del Gobierno social-comunista. Este es el revanchismo de la izquierda que quiere lanzar el mensaje de “ojito, con nosotros, o estás a favor o estás en contra; y más vale que estés a favor porque el estar en contra puede tener consecuencias”

A todas estas, con todo este revuelo montado, el dictador Maduro, desde Caracas, “sacaba pecho” ante el balón de oxígeno al apoyo prestado por el Gobierno español, tachándolo de “amigo”. Otra deuda que la narcodictadura venezolana se ha cobrado a costa del dinero entregado a Podemos y del descrédito de España ante la comunidad internacional.

Esta debe de ser la política exterior “de progreso”, según la cual España se pone del lado de una narcodictadura y da la espalda a los países democráticos que buscan ayudar al pueblo venezolano a liberarse de la opresión.

Si, finalmente, la Unión Europea le impone alguna sanción a España esta pudiera ser dejarla con voz pero sin voto en la Comisión y todo por los chanchullos de Podemos y su financiación por parte del régimen chavista. Como se puede ver, Unidas Podemos sigue pudriéndolo todo con su nefasta inclusión en un Gobierno de España, haciendo que nuestro país se alinee con dictaduras condenadas por la comunidad internacional a las que se pretende aislar como medida de presión para que dejen libres a sus pueblos.

Al parecer tanto socialistas como podemitas están muy centrados en dictadores fallecidos hace muchos años que ya no tienen influencia ninguna en su pueblo, pero no les importan los dictadores vivos que subyugan y torturan a los suyos.

También hace pocos días ha salido a la luz otro escándalo en el que estarían implicados el expresidente del Gobierno Jose Luis Rodriguez Zapatero, el embajador en Caracas durante su mandato, Raúl Morodo y su ministro de Defensa, José Bono. Se habla de treinta y cinco millones de euros que el Gobierno chavista habría pagado en comisiones por no sé qué informes que la compañía petrolera venezolana PDVSA habría solicitado al político socialista español para buscar su lanzamiento al mercado europeo, cosa que nunca llegó a suceder. Pero, por otra parte, he leído otras informaciones en las que se apunta que esas comisiones habrían estado relacionadas con los buques de guerra que el Gobierno de Venezuela compró a la compañía española Navantia. Se le ha pedido a Rodriguez Zapatero que de explicaciones sobre este asunto y el ha dicho que el nombramiento de Raul Morodo se produjo a instancias de Jose Bono, que le pidan a este las explicaciones. O sea, todo muy profesional.

En cualquier caso, se trata de chanchullos en los que estarían implicados socialistas, gente de izquierdas, “demócratas” que, por tanto, no buscan su enriquecimiento personal sino que solo miran por el pueblo. Todo en orden.