Muchos ya sabéis que he estado haciendo prácticas en un instituto y no os miento al decir que no he podido tener más suerte con los alumnos que he conocido allí, porque son encantadores. Bueno, pues estaba yo un día sentada al final de la clase, con el radar activado para detectar teléfonos móviles y alumnos hablando en vez de atender, cuando vi este libro. Tranquilos, que no es que estuviera alguien leyéndolo en lugar de hacer los deberes de biología; tan solo estaba siendo introducido discretamente en una mochila…
Días después el propietario en cuestión me lo recomendó en el blog y me lo prestó ¡¡gracias!! así que por eso lo he leído, dándole prioridad a pesar el montón de pendientes (por cierto, a ver si tomamos nota: se recomienda un libro y se facilita el ejemplar
La historia nos la cuenta Dani, un hombre que se dedica a buscar a niños y adolescentes que han desaparecido, ya sea porque han sido secuestrados o porque se han escapado de sus casas. Pero es que justo le conocemos en un momento tormentoso: su pareja le abandona a la vez que le contratan para un encargo que, en condiciones normales, jamás aceptaría porque no cumple ciertos requisitos. Pero acepta y, a la vez, contrae una deuda con el lector, ya que nos tiene que contar por qué ella le ha dejado. Mientras se dirige a la isla de Capri, donde vive el padre del niño desaparecido, nos va explicando su infancia; una infancia original (estilo Albert Espinosa) que comienza con una operación de amígdalas, sigue con un accidente de coche y termina con una escapada, precisamente a Capri. Dani recordará a sus dos diamantes, dos personas que fueron importantísimas para él, que le ayudaron a crecer. Y cuando conoce al niño desaparecido, se da cuenta de que también formaba parte de su vida, aunque jamás le hubiera visto antes.
Es una lectura ágil, con capítulos cortos y con las palabras justas para crear una historia bonita, que te atrapa y que lees casi sin darte cuenta. Pero pasa una cosa, y es que, habiendo leído Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo, te parece más de lo mismo. Incluso el anterior libro me pareció que tenía un punto más de originalidad que este: el extraterrestre, las pastillas para dejar de dormir, el conocer los 12 momentos más importantes de la vida de una persona… Quizás en esta nueva novela no hay tantas cosas alucinantes, aunque ya he dicho que sí es una historia original (pero no tanto, no sé si me explico).
A pesar de lo que he dicho, he estado leyendo reseñas de blogueros que siguieron el orden contrario al mío: primero esta y luego Todo lo que podríamos… y les ha pasado justo lo opuesto: quedaron encantados con esta nueva y no tanto con la anterior. Con lo cual llegamos a una conclusión obvia: Albert Espinosa nos sorprende y nos deja maravillados la primera vez (sea cual sea la lectura elegida), pero luego ya no econtramos esos ingredientes alucinantes en las siguientes, aunque sí que conserva un toquecillo especial que nos hace pasar un rato muy agradable. Una buena lectura para una de estas tardes luminosas.