El binomio, SI TU ME GRITAS YO TE GRITO se puede traducir en: TE PIDO RESPETO, RESPÉTAME TU A MI. A tu hijo no le gusta que le digas las cosas gritándole de la misma manera que a ti no te gusta que te responda y, además, gritando también.
Si regañas a tu hijo por algún comportamiento que no te gusta y lo haces levantando la voz, él te contestará con el mismo tono de voz que tu has utilizado. A partir de este momento entráis en una discusión que solo os llevará a que la disputa se vuelva más acalorada y que tu estado de nervios haga que no haya tregua. . Si esto ocurre, lo mejor es parar, tú eres el adulto, si te responde no hagas lo mismo, mejor esperar a estar más tranquilos y, después ya más relajados, habláis de por qué no te parecía bien la conducta que tenía y que fue motivo de tu enfado antes de empezar la discusión.
Los niños desde muy pequeños imitan a los adultos, sobre todo a mamá y papá, en todo lo que dicen y en sus comportamientos. Así que, los padres han de fijarse bien en su manera de proceder porque los hijos están en constante observación de los progenitores aunque estén jugando.
Tanto es así que, los profesionales de la educación podemos afirmar que, trabajando día a día con los niños se llegan a conocer a los padres y su manera de actuar en el hogar, a través de los comportamientos de los pequeños.
Cuando el niño no atiende la primera vez que se le llama o se le manda alguna tarea, algunos padres vuelven a repetir la orden pero esta vez levantando la voz. El niño,
no es que no haya escuchado, solo está llamando tu atención, no hace caso por que, mientras repites la orden, los progenitores están pendiente de él y sólo reaccionan cuando por fin, oyen el grito. No caigas "en su trampa" díselo una vez y vete a hacer otra cosa, si no te obedece, vuelve a decírselo, con un tono de voz normal y vete otra vez.. Si no te alteras te hará caso y se dará cuenta que de esa manera ya no puede llamar la atención.Si, desde que los niños son pequeños, se acostumbran a que se les levante la voz por no hacer caso a la primera llamada, irán interiorizando que con esa forma de actuar, él también podrá conseguir lo que quiera.
Hasta los tres o cuatro años este tipo de acción - reacción no supondrá un problema pero sí más adelante y, sobre todo, en la adolescencia.