Siempre que una cosa se vaya de la vida otra lo reemplazara, pues el mundo está en constante movimiento y por lo tanto debemos estar conscientes de que en cualquier momento nuestra vida cambiara de la forma menos esperada pero que si reaccionamos bien al cambio no habrá nada que nos quite nuestra felicidad.
No debemos lamentar lo que perdemos, pues llorándolo no lo recuperaremos, tal vez sea valido llorar por desahogarse pero después de ese desahogo hay que seguir adelante, no podemos cometer el error de llorar por lo perdido por mucho tiempo pues así podemos perder lo que está esperando por darnos felicidad.