Practicar regularmente bicicleta es sano y muy beneficioso para el sistema cardiovascular. Pero la bicicleta no es sólo buena para el corazón, pedalear regularmente es también bueno para la cabeza ya que mejora el el buen funcionamiento del cerebro. Practicar bicicleta es pues de gente inteligente.
Practicar bicicleta regularmente propicia un aumento de neurotransmisores y una mayor producción de neuronas además de una mejoría en el riego de los tejidos.
Cuando pensamos a los beneficios del ciclismo imaginamos inmediatamente unos músculos más potentes, huesos reforzados y en general un aspecto físico mucho más saludable y sin grasa acumulada.
Gracias a que el corazón se refuerza, la frecuencia cardiaca se ralentiza y envía más cantidad de sangre en cada contracción. Todo esto es cierto, y más: la bicicleta contribuye también a estabilizar la cantidad de azúcar en la sangre y a un aumento de la producción de hormonas y neurotransmisores.
No cabe duda de que todos estos beneficios son maravillosos y más aún teniendo en cuenta que quien usa la bicicleta como medio de transporte cotidiano no contamina con humos ni con ruido. Pero hay más: hacer bicicleta favorece el buen funcionamiento del cerebro.
Efectos positivos en el cerebroLa actividad física aumenta un 30% el flujo sanguíneo interno del cerebro. A largo plazo, este aumento del flujo sanguíneo mejora la capilarización cerebral (multiplicación de microscópicos vasos sanguíneos) garantizando el abastecimiento de oxígeno a las neuronas.
El deporte, practicado sin metas competitivas y simplemente como complemento saludable favorece la producción de endorfinas, endocannabioides y dopamina, sustancias que actúan sobre el humor produciendo un descenso de la ansiedad y del dolor haciendo la vida más placentera.
Teniendo en cuenta todos estos beneficios y la sencillez de su práctica cotidiana, la infraestructuras para su desarrollo deberían multiplicarse en todas las ciudades y lograr que la bicicleta forme parte del paisaje urbano.
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