Los turcos y los israelíes han colocado sus topos en las instituciones militares y académicas vinculadas al manejo de la tecnología nuclear S.E.
Cumplida su obligación de denunciar las irregularidades en su trabajo, las extrañas propuestas de espionaje a favor de una potencia extranjera y otras cosas no menos despreciables y peligrosas en las que estaban involucrados algunos compañeros, la respuesta de sus superiores fue contraria a lo que cabría esperar en una organización supuestamente consagrada a defender la seguridad de un país civilizado. Como botón de muestra del factor humano implicado, estas palabras emitidas por una superior de Sibel:
Cuando uno trabaja para el gobierno hay cosas que no se pueden hacer. Una de ellas es criticar a los compañeros de trabajo. ¿No te das cuenta qué significa lo que insinúas? Si tienes razón tendrán que investigar a la gente que tenía que haber hecho en su momento las comprobaciones pertinentes
secretos que puedan poner en peligro la Seguridad Nacional
En marzo de 2002 sólo seis meses después de haber sido contratada fue despedida por provocar “un efecto disruptivo” en la agencia. No sólo no fueron investigados los sospechosos denunciados sino que Sibel, además de ser expulsada de su trabajo, fue vigilada, sometida al polígrafo y cuando trató de reclamar por vía judicial el Fiscal General, Ashcroft, invocó una rara norma, poco usada con anterioridad: el Privilegio de Secretos de Estado (State Secrets Privilege). Esta norma, cuya aplicación tuvo lugar por primera vez en 1953 y que tiene su origen en la legislación británica, permite al poder ejecutivo interferir en un proceso judicial para evitar dejar salir a luz secretos que puedan poner en peligro la Seguridad Nacional. Cuando en un juicio civil fueron convocados, los Dickerson ya habían salido de Estados Unidos para cumplir destino en Bruselas, bajo la férula de la OTAN.
Como ocurrió anteriormente con el caso de la agente de la CIA Valerie Plame, fuentes gubernamentales filtraron la identidad de Sibel a la prensa poniendo con ello en peligro su vida, pero eso no la acobardó llegando en sus reclamaciones hasta la cumbre del FBI, del Departamento de Justicia y del Congreso. Ni que decir tiene que en Turquía, ya en la Turquía del “islamista moderado” Erdogan, a quien han cortejado de manera vergonzosa durante años la UE y el gobierno norteamericano, se inició una campaña brutal de prensa contra ella llegándose a acosar a sus familiares.
En abril del año 2011 Sibel remite al FBI el borrador de su obra A Clasiffied Woman como es requerido a cualquiera que haya trabajado en esta organización. No dan respuesta en el mes requerido para poner objeciones o solicitar supresiones y, tras 340 días, lo publica. Ha de hacerlo por su cuenta pues los editores temen problemas.
Continuará...