Recomendada para quienes gusten de policiacos que te mantienen toda la película en vilo atando cabos y en general para los que quieran ver una de los mejores títulos de este 2015.
Posiblemente el director canadiense Denis Villenueve sea uno de los más interesantes que han surgido en los últimos años. Os invito si no las habéis visto a que lo comprobéis con el viaje emocional al Líbano que es “Incendies” y con ese fascinante thriller que es “Prisioneros”, no tanto con “Enemy”, que inquietante es pero más que otra cosa parece una pesadilla de una mala resaca.
Villenueve pienso que tiene una gran virtud y es que con la cámara se esfuerza al máximo por conseguir que sus planos y encuadres sean llamativos (véase la entrada del convoy policial en Ciudad Juárez, las tomas áreas fingidamente tomadas desde el avión sobre el árido suelo desértico de la frontera entre EEUU y México o esas escenas nocturnas en el crepúsculo) y con argumentos que impactan tanto como sus imágenes está consiguiendo muy buenas resultados como sucede con “Sicario” o como sucedía con “Prisioneros”.
Para mi gusto lo mejor de “Sicario” es, a parte de la trama policial, que tiene su miga (son geniales siempre estas historias en las fronteras de la ley), el suspense interno que posee y la carga de profundidad de lo que insinúa. Cuidado, no es una película facilona (ninguna de este director lo es), al revés, sabes que los personajes callan cosas, sabes que bajo la punta de lo aparente hay un enorme iceberg oculto e intuyes que te vas a topar con alguna sorpresa. Lo gordo es que cuando te topas con que la sorpresa es un dilema ético, el impacto es mayor del esperado porque ese dilema no es tan sencillo de resolver.
Para quien ande despistado (lo explica la película en su arranque) un Sicario es un mercenario que comete asesinatos por encargo. En el mundillo del narcotráfico un sicario es un asesino a sueldo que trabaja para un cartel de droga. En esta película la acción se centra en la frontera entre Estados Unidos y México, donde el narcotráfico campa a sus anchas incluso con la aquiescencia de la propia policía, a menudo corrupta. En ese contexto el descubrimiento de una casa repleta de cadáveres activa una operación policial para la que es reclutada una brillante e idealista agente del FBI con la que empatizamos desde el inicio y con la que compartiremos punto de vista hasta el final (aviso que se nos invita implícitamente a tomar las mismas decisiones a las que ella se enfrenta y eso forma parte del interés que tiene esta película).
Villenueve nos cuenta todo desde la perspectiva de la agente (Emily Blunt) así que vamos avanzando por el desarrollo argumental al principio tan “a oscuras” como ella y deberemos ir atando cabos poco a poco (otro punto a favor del guión de Taylor Sheridan, responsable también del guión de “Hijos de la Anarquía”, porque no somos meros espectadores pasivos) hasta que, como dice el personaje que interpreta Josh Brolin, lo entendamos todo al final.
Gracias al guión y a la enorme capacidad de Villenueve para potenciar visualmente todas sus escenas la película avanza sin darnos un respiro aún cuando la acción se detiene... todo en ella es inquietante (la banda sonora de Johann Johannsson ayuda mucho), todos los personajes ocultan algo (geniales en esa labor tanto JoshBrolin como Benicio del Toro) e incluso las escenas en las que el desarrollo parece ralentizarse late una cierta amenaza. En este sentido la película es toda una experiencia y pocas veces se ha conseguido una sensación de peligro tan palpable como la del convoy cuando entra en Juárez, que yo diría que es, sin duda, uno de los más grandes momentos que nos ha dado el cine este año.
Es imposible no preocuparse viendo “Sicario”. Lo que insinúa presumo que es absolutamente verosímil y siéndolo resulta terrible comprender que (como explican en un momento de la película) mientras haya tipos dispuestos a drogarse, todo lo demás es inevitable. Considero que estando tan bien hecha y contando lo que cuenta, es una película que merece la pena ver para entender muchas cosas.