Sicilia: un viaje al pasado

Por Borjagarciaz
El viaje por la que siglos atrás fue parte de la Magna Grecia comienza en Palermo, capital de la isla más grande del Mediterránro, y termina en los alrededores de Trápani.
En Palermo podéis pasar dos o tres días, aunque si queréis concentrar la visita en un sólo día también se puede hacer. Paseando por sus calles os podéis maravillar con obras maestras del ingenio humano como el Teatro Massimo, en el que se rodó una secuencia de la tercera parte de El Padrino, la Catedral, donde descansan en paz reyes y emperadores, la Piazza dei Quattro Canti, custodiada por las esculturas de cuatro grandes nobles españoles, o la Piazza della Memoria, levantada en honor a los jueces que lucharon por desmantelar a la mafia. Para descansar y pasar a la siguiente etapa podéis elegir algo céntrico, la ciudad es bastante asequible por lo que no es difícil encontrar buenas opciones. Para la búsqueda de alojamiento tanto en esta ciudad como en las demás os aconsejo la página de venere porque es bastante cómoda a la hora de buscar y filtrar los resultados.



Piazza Tramonto de Palermo by pixabay.com


Desde Palermo coged el coche o el tren e id hasta Catania. En Catania, a parte de visitar el Duomo, el Anfiteatro Romano o la Pescheria, mercado al aire libre de pescado fresco, tenéis que organizar una pequeña excursión al Monte Etna y a las playas volcánicas que le rodean, para descansar y coger fuerzas.



Duomo de Santa Agata en Catania by pixabay.com


Una vez vista la ciudad, vuestros pasos se encaminarán a Taormina y Siracusa. El encanto de Taormina reside en ser una pequeña ciudad de casas blancas ubicada entre el mar y el Etna en la que los griegos dejaron su huella visible en construcciones como el Teatro, inmerso en una naturaleza que os dejará sin respiración. En Siracusa no os podéis perder el Duomo, según algunos viajeros la más bella catedral del continente europeo, el Teatro, el Templo de Apolo, del que quedan algunos restos, el Teatro Griego y el Parque Arqueológico de Neapolis, cuya joya más espectacular es la cueva denominada Orecchio di Dionisio (la oreja de Dionisio).



Panorámica de la ciudad de Taormina by pixabay.com





Piazza del Duomo de Siracusa by pixabay.com


La quinta parada, y donde os recomiendo que paséis alguna noche, es Ragusa, una ciudad dividida en dos partes. Una zona más moderna, rehecha después del terremoto de 1693, y otra de trazado medieval, que os permitirá callejear por el pasado hasta joyas como la Iglesia de San Juan Bautista.
Los dos últimos destinos, antes de volver a Palermo a coger el avión, son el Valle de los Templos de Agrigento y el Parque Arqueológico de Segesta en Trápani.
En el Valle de los Templos es obligatorio que os detengáis un mínimo de dos horas para que os deis cuenta de la grandeza de la civilización griega, maravillándos con templos, o mejor dicho con las ruinas que aún quedan en pie, de Zeus, Hera, Hércules o el excelentemente conservado Templo de la Concordia.
De camino a Trápani, punto final del viaje, la parada imprescindible es Segesta, cuya principal atracción turístico-cultural es el Parque Arqueológico de Catalafani. En él descubriréis restos del Teatro, del ágora o plaza, de un antiguo castillo-fortaleza y de un templo. Todo ello rodeado de un precioso paisaje natural.