Sidi Ifni

Por Pabloyfernando

Pertenezco a esa generación de españoles que estudió en los libros de texto escolares que España tenía 54 provincias, 47 peninsulares, 3 insulares y 4 de ultramar. Estas últimas tenían nombres exóticos y lejanos -su propia denominación, "ultramar", ya iba cargada de connotaciones de lejanía-, como Sahara, Rio Muni, Fernando Poo e Ifni, y de no muy clara ubicación en el mapa.- Por otra parte, he nacido y me he criado en una ciudad , Melilla, donde la presencia militar siempre ha sido muy acusada, por eso era común que entre tu grupo de amigos, ya sea del colegio o del barrio, hubiera siempre alguno que había nacido o vivido un tiempo en Ifni o en el Sahara, mientras su padre estuvo destinado allí.- Uno de mis amigos de la infancia era precisamente nacido en Sidi Ifni, y siempre contaba historias que nos hacían trasladarnos a un lugar desconocido, donde la aventura era algo cotidiano.- Nos hablaba de una ciudad pequeña pero bonita, con increíbles playas con olas que harían empalidecer de envidia al Mediterráneo; nos contaba que había camellos, que cuando se llegaba en barco había que tomar un funicular para llegar a tierra, ya que los buques no atracaban en puerto, sino junto a un embarcadero algo alejado de la costa y unido a ella por un cable; oíamos historias de una guerra reciente....-
Los sueños y recuerdos de la infancia se quedan adheridos a nosotros y nos acompañan siempre en mayor o menor medida, y por esa razón Sidi Ifni , como idea en abstracto, siempre se me presentaba como el símbolo de la lejanía y la aventura, no exento de un cierto componente mítico.- Cuando por fín, a finales de la década de los ochenta, se me ofreció la oportunidad de viajar a la zona y visité la ciudad, lo más suave que puedo decir es que "se me cayeron los palos del sombrajo".- No ayudó nada en esta primera impresión el desapacible día de primeros de diciembre, oscuro y ventoso, en que llegamos.- Me encontré con una pequeña ciudad (el término incluso le quedaba grande) en proceso de desahucio, sucia y abandonada a su suerte.- Pero sobre todo, la ciudad emanaba un hálito de tristeza.- Se intuían tiempos mejores en el pasado: jardines, un agradable paseo sobre el mar, edificios singulares, calles relativamente anchas en una estructura urbanística coherente, casas amplias, aeropuerto... pero casi todo se desmoronaba a pedazos, presa del mas absoluto abandono.- Daba la sensación de ser una población proscrita, castigada severamente por haber tenido la osadía de haber sido la última ciudad en volver bajo el manto del nuevo Marruecos surgido tras la independencia.- Habían pasado justo 20 años desde que el territorio había vuelto bajo la soberanía marroquí, y todo indicaba que desde entonces no se habia invertido en ella ni en su desarrollo ni un solo duro: las carreteras de acceso eran penosas y deterioradas, el esfaltado de las calles estaba completamente desaparecido y éstas aún seguían ostentando las placas con los nombres de militares españoles adheridas a fachadas desconchadas y mordidas por la humedad (foto dcha.).- Los visitantes eran escasísimos, y eso se notaba en la calidad de la básica infraestructura hotelera, que no tenía más remedio que sobrevivir dedicándose a actividades mas..., digamos promiscuas.
Como tantos otros a lo largo de nuestra vida, el mito se desvaneció tras el primer contacto, y aquella idea de Sidi Ifni forjada en la infancia, quedó almacenada para siempre en el desván de la memoria.- He tardado muchos años, quince, en volver, y desde entonces raro es el año que no me dejo caer por allí, pero ya siempre de paso, nunca como destino.- Es como parar un momento para preguntar por un viejo amigo, con quien se mantiene la amistad, aunque se haya resentido con el paso de los años.- Y es que, a pesar de todo, a pesar de su aspecto de ruina, a pesar de la sensación de tristeza que emana de la ciudad, a pesar de la pátina de decadencia que la cubre y de la que no termina de sacudirse, Sidi Ifni es un lugar singular y no exento de encanto. Y sobre todo, es un lugar tranquilo y acogedor, donde el ritmo de vida parece más pausado.-

UN POCO DE HISTORIA.-
A pesar de que la fundación de la ciudad es muy reciente, concretamente se comenzó a construir en la década de los años 30 del pasado siglo, cuando España se asentó con carácter pemanente en la zona, los orígenes de dicho asentamiento no lo son tanto, ya que se remontan a varios siglos atrás.-
En 1476, el Gobernador de Lanzarote, Diego García de Herrera, desembarcó en un lugar indeterminado de la costa africana, frente a las Canarias, fundando en nombre de los Reyes Católicos una factoría pesquera, protegida posteriormente por un fortín que se denominó Santa Cruz de la Mar Pequeña (al parecer, estaba situado junto a una laguna litoral, de ahí el nombre).- Tras varios hostigamientos por parte de la población nativa, en 1524, el enclave fué borrado del mapa y olvidado por todos, hasta el punto de que nunca se ha podido determinar con exactitud la situación del fuerte, aunque existe un consenso generalizado entre los historiadores en situarlo en la región de Tarfalla.- Investigaciones más recientes han creído identificar los restos del antiguo fortín en Puerto Cansado, junto a La Güera. muchísimo más al sur.
Casi tres siglos y medio después, en 1860, en la negociación de las condiciones del Tratado de Tetuán o Tratado de Was Ras, que puso fin a la guerra de África (según la terminología al uso de la historiografía española) entre España y Marruecos, los generales españoles se acordaron de aquella "Santa Cruz de la Mar Pequeña" y, junto a otras pequeñas concesiones territoriales y la ocupación de Tetuán, arrancaron a Marruecos la cesión de aquellos territorios.- El problema estribaba ahora en ubicar concretamente los mismos.- Con este objeto, 18 años más tarde se crea una comisión hispanomarroquí que recorre la costa suratlántica , buscando el emplazamiento de la remota Santa Cruz.- No se sabe con qué criterios, la susodicha comisión determinó que la tal Santa Cruz estaba ubicada junto al aduar de Amezdog (Tagaost, según otras fuentes).- No me llego a explicar cómo es posible que disponiendo de escasísimos datos para su localización, y siendo uno de los más importantes el hecho de estar situada junto a una laguna costera, se determinara que éste era el lugar, en una costa acantilada, con el antiatlas agonizando, donde precisamente las condiciones geográficas no permitirían nunca la existencia de una "mar pequeña"; unos cientos de kilómetros más abajo, en la región de Tarfalla, sí se dan esas condiciones.- Una posible explicación sería la acumulación de agua en la desembocadura del río, lo que crea una charca de agua embalsada, y éste pudiera ser el orígen de la buscada laguna. Apuntalando esta explicación está también el nombre del morabito sito en este lugar, conocido como Sidi Ali n'Ifni (Ifni significa laguna en bereber), cuya traducción sería algo así como morabito de Sidi Alí en la laguna (foto drcha.)- Pero vamos, llamar laguna a una charca es demasiado pretencioso.- En mi opinión, la elección de este lugar en concreto y no otro, no fué más que una decisión arbitraria: había que buscar un sitio, y se buscó.-
Los derechos de España sobre este territorio fueron reconocidos por diversos tratados internacionales a principios del siglo XX, en plena vorágine colonial, aunque se redujo la extensión del territorio hasta los 1.500 km2.- Preocupada primero por controlar el protectorado del norte del pais, la zona no es ocupada de hecho por España hasta abril de 1934, en la que el coronel Capaz, tras varios contactos con los jefes tribales, toma posesión oficial del territorio.- La ciudad, a la que se bautiza con el nombre de Sidi Ifni en honor al morabito cercano y en consonancia con la tradición local, comienza a concebirse y edificarse, y lo que era una aldea dedicada a la pesca y al pastoreo, se convierte en muy pocos años, en una pequeña ciudad con un carácter eminentemente administrativo y militar.-
En 1946, el territorio pasa a formar parte administrativamente hablando de la llamada África Occidental Española, que agrupa a los territorios de Saghia el Hambra y Rio de Oro (territorios que configuraban la antigua colonia del Sáhara), la franja comprendida entre el rio Draa y el Sáhara, conocida como franja de Tarfaya, que tenía el status de protectorado, e Ifni.- Cuando se materializó la independencia del pais en 1956, Marruecos exigió la entrega de estos territorios, fundándose en criterios históricos y geográficos, incuestionables en unos casos y muy dudosos en otros.- La negativa de España a las pretensiones marroquíes provocó un enrarecimiento en las relaciones y situaciones de gran tensión dentro de estos territorios, produciéndose disturbios y altercados de importancia en Sidi Ifni en abril de 1957, que obtuvieron como respuesta el envío de tropas de élite -paracaidistas y legionarios- a Sidi Ifni y el Aaioún.
En octubre de ese año, tropas del antiguo Ejército de Liberación Marroquí, brazo armado del partido nacionalista Istiqlal que había luchado por la independecia, atacaron Ifni y el resto de posesiones españolas, penetrando también en territorio argelino y mauritano, bajo administración francesa.- Era el comienzo de la mal llamada Guerra de Ifni, ya que no afectó específicamente a esta colonia ni tampoco únicamente a España, que duró hasta finales de febrero del año siguiente.- Aunque oficialmente los atacantes eran tropas paramilitares ajenas al gobierto y al ejército marroquí, lo cierto es que sin el apoyo tácito real hubiera sido muy complicado el despliegue que se produjo, y en la opinión pública española -y en la "historiografía oficial" también- la idea de que el príncipe heredero Muley Hassan era la mano en la sombra que movía los hilos, estaba muy extendida.- La coordinación de las fuerzas militares españolas y francesas, y sobre todo su poderío aéreo, fué determinante en la corta duración de la contienda.
El 1 de abril de 1958, los gobiernos de España y Marruecos firman los acuerdos de Angra de Cintra, que ponen fin a la guerra.- En virtud de dichos acuerdos, España devuelve a Marruecos los territorios comprendidos entre el rio Draa y el paralelo 27º40', conocidos como franja de Tarfaya, y que tenían el estatus jurídico de protectorado, en virtud de los acuerdos franco-españoles de 1912, y que España se había negado a abandonar cuando la independencia de Marruecos.- Villa Bens (la actual Tarfalla), capital de la zona, fué entregada oficialmente a Marruecos el día 10 de abril.- España sigue manteniendo la soberanía sobre Ifni -aunque más nominal que efectiva, puesto que el control real se limitaba prácticamente a la capital, Sidi Ifni- y el Sahara Occidental.-

Tratando de crear argumentos para legitimar internacionalmente la presencia española en la zona, tanto el Sahara como Ifni, pasan a tener la categoría administrativa de provincia de ultramar ese mismo año.-
Marruecos movió ficha, tanto politica como diplomáticamente hablando, estableciendo un bloqueo férreo de todos los accesos a la ciudad, y llevando el problema a los Organismos Internacionales. Así, Sidi Ifni quedó totalmente aislada por tierra, convirtiéndose en una ciudad-isla, comunicada y abastecida desde el exterior únicamente por medios aéreos y marítimos (foto superior: restos del antiguo funicular que comunicaba tierra firme con los buques para el desembarco de personas y mercancías).- Por otra parte, los movimientos diplomáticos a nivel internacional dieron sus frutos en 1965 con la aprobación por parte de Naciones Unidas de la Resolución 2072 , que instaba a España a descolonizar los territorios de Ifni y el Sáhara Occidental.- Las presiones internacionales que se sucedieron abocaron a España a la única solución posible, y así, en enero de 1969, se firma en Fez el Tratado de Retrocesión, que se materializó el 30 de junio de 1969, con la entrega de Sidi Ifni a Marruecos.
La salida de los habitantes españoles provocó una rápida despoblación de la ciudad, y lo que es peor, un vaciado de contenido y actividad, ya que una ciudad que tiene su razón de ser en una función militar y administrativa, carece de sentido fuera de ella.- Esta pérdida de vitalidad, unida a la desidia del gobierno que no fomentó alternativas económicas, hizo caer a Sidi Ifni en una profunda crisis , que apenas ha comenzado a superar en los últimos años.

LA CIUDAD ACTUAL.-
Cuando visité nuevamente la ciudad en abril de 2009, me dió la sensación de que Sidi Ifni poco a poco recobraba sus constantes vitales, de que comenzaba a salir de un largo periodo de hibernación, y empezaba a desperezarse con la llegada de la primavera.- La mejora de las infraestructuras de acceso, los indudables atractivos de toda esta costa y su lenta pero inexorable promoción turística y, sobre todo, la construcción del nuevo puerto pesquero, parecían haber significado un punto de inflexión en la evolución de la ciudad, que había empezado a crecer y a cobrar actividad.- También administrativamente se quiso dar un impulso a su desarrollo, con la creación de la nueva provincia de Ifni, de la que es capital , desde la reciente reorganización territorial de 2009. Hasta entonces, pertenecía a la provincia de Tiznit.- Pero justo dos años después, la situación era más parecida a épocas anteriores, volviéndose a percibir esa sensación de abandono que parece no querer desaparecer.-
Situada en una estrecha planicie que se hunde en una costa acantilada y cerrada hacia el interior por montañas, Sidi Ifni es una ciudad que vive de cara al océano, que , por un lado, ofrece actividad a una buena porción de sus habitantes dedicados a la pesca artesanal, y por otra, dulcifica el clima, mucho más benigno y fresco que en el interior, aunque no está a salvo del temible siroco, viento seco y caliente procedente del desierto, cuando la temperatura puede subir por encima de los 45ºC en plena costa.- Estos días en que el calor se une a la humedad propia del Atlántico son insufribles. Puro bochorno.- Fruto también de esta ubicación geográfica, son las nieblas y brumas que con frecuencia cubren esta costa con su manto.
Lo primero que llama la atención es el trazado y distribución del núcleo urbano original, absolutamente geométrico, con calles "tiradas a cordel", perpendiculares y paralelas que descienden suavemente desde la meseta hasta el acantilado del río, adaptándose a las rugosidades y desniveles del terreno . Coronando la ciudad encontramos la Plaza de Hassan II (antigua Plaza de España), donde se concentran la mayoría de edificios históricos, y alrededor de la cual se ubican los servicios más importantes .-
Todo el núcleo antiguo, pero especialmente la plaza y sus cercanías, emite un inevitable perfume colonial que se refleja principalmente en la mencionada estructura urbana y en una arquitectura muy particular y definida, en la que se mezclan elementos propios de tradición del sur marroquí , como por ejemplo los merlones escalonados que rematan las esquinas superiores de las torres y las propias estructuras de éstas y su profusión (foto de inicio), con conceptos artísticos propios del primer tercio del siglo pasado, como el cubismo y la sencillez y rectitud de líneas.- El faro siempre me ha parecido construído con unos de esos juegos de arquitectura antiguos con los que se formaban figuras a base de combinar cubos y prismas proporcionales (foto izda.).- He leído en algunas publicaciones que Sidi Ifni es la única ciudad construída en estilo Art-decó.- No sé hasta qué punto, lo que sí es cierto es que es una ciudad muy peculiar, con un estilo muy personal, muy parecida, pero también muy diferente, a otras ciudades o ensanches construídas durante la época del protectorado español en el norte del pais.-
La plaza es de concepción muy similar y las de Larache y Chaouen, coincidiendo con aquella en la forma elíptica y con la de Chaouen en los jardines que conforman su interior, donde se elevan un puñado de araucarias y palmeras alrededor de una fuente -sin agua- central, creando un espacio tranquilo y agradable para descansar a la sombra (foto superior y derecha). Casi todos los edificios que rodean la plaza son singulares y estéticamente atractivos, como la antigua iglesia -en la actuallidad sede de los juzgados- (foto de inicio) y el Palacio Real, antigua sede del Gobierno (tercera foto), pero entre todos ellos destaca poderosamente la maciza mole de la antigua Pagaduría Militar, posteriormente Consulado Español, que refleja como ningún otro su carácter de edificio militar y administrativo de la época colonial, con el obsoleto escudo del águila resistiendo a duras penas sobre una fachada cada vez más deteriorada y ruinosa (foto inferior, tomada hace unos años).- En la actualidad el edificio se encuentra con todos los ventanales tapiados.- Al parecer, el Ayuntamiento lo ha adquirido para rehabilitarlo y darle un uso cultural, pero lo cierto es que llevo varios años escuchando lo mismo, y este pasado abril, la situación no había variado un ápice.- Otros edificios interesantes situados en los alrededores, son el de Correos y el cine Avenida, actualmente cerrado, y que conserva su interior intacto, con todas sus hileras de asientos abatibles de madera.
Tras la plaza, y asomado al océano, un amplio paseo colgado sobre el acantilado conocido popularmente como "la barandilla", nos invita a pasear tranquilamente, a tomar un té en alguna de las terrazas de los cafetines o a sentarnos sobre su robusta balaustrada pintada de blanco y celeste, con los pies colgando sobre la playa, contemplando el monótono ir y venir de las olas o las maravillosas puestas de sol de los días despejados.- Al final, el paseo se convierte en unas serpenteantes escaleras que, encajonadas entre la blanca balaustrada, nos permite bajar hasta la playa, otro de los atractivos de la ciudad, que se extiende desde la desembocadura del río hasta el puerto (fotos inferiores).

También siguen presentes otras muestras de sus orígenes y concepción como plaza militar, como los diferentes acuartelamientos que aún continúan en pié, aunque los estragos del paso del tiempo acuchillan cada vez con mayor vehemencia sus recios muros.- Otras de las señas de identidad de su pasado colonial y sus años de ciudad aislada por tierra, son los restos del funicular marítimo y, sobre todo, del aeropuerto.- Completamente abandonado en la actualidad, las pistas de aterrizaje están prácticamente en la ciudad, formando parte integrante de la misma. Dificilmente cualquier normativa actual -o incluso de aquella época- pueda permitir unas instalaciones de aterrizaje de aviones tan inmediatas a una población.- Cuando el territorio del que se disponía era escaso, la necesidad obligaba, pero en la actualidad, es prácticamente impensable -por numerosas cuestiones- que vuelva a funcionar.- Por eso sorprende enormemente que todo este inmenso espacio llano, que sería el de expansión natural de la ciudad, siga inutilizado, mientras que Sidi Ifni está creciendo precisamente por los márgenes, hacia el puerto y sobre el acantilado, hacia el río, y al otro lado de éste, donde se construye más cada año.
ALREDEDORES.-
Desde Sidi Ifni se pueden hacer diferentes excursiones por la costa, que esconde entre sus acantilados algunas playas y rincones de enorme belleza, destacando entre todas ellas la playa de Legzira, que esconde tres monumentales arcos de piedra labrados por la monótona perseverancia de las olas.- Está situada a unos 10 km. al norte de Sidi Ifni, en dirección a la cercana localidad de Mirleft.- Una pequeña pista nos acerca hasta la playa, donde encontramos un par de albergues, donde también preparan comidas (el tagin de corvina lo preparan fantástico).- Justo antes de bajar a la playa, se está construyendo en la actualidad un complejo turístico, de los muchos que, poco a poco, van inexorablemente poblando esta costa.- La playa se extiende durante unos tres kilómetros, y recorrerla entera es siempre un recomendable paseo.- Los dos primeros arcos están relativamente cercanos entre sí, y el primero de ellos, visible en cuanto nos acercamos a la orilla.- El último arco, sin embargo, está un poco más lejano, y sólo es accesible -sin mojarse- cuando está la marea baja, ya que para llegar allí hay que rodear por el mar un resalte rocoso.
Foum Asaka es otro paraje cercano que bién merece un excursión.- Se trata de la desembocadura del Oued Noun, también llamado Oued Asaka, el más importante y con mayor cuenca de toda la región, que recoge todas las aguas al suroeste del anti Atlas.- Durante la época colonial aquí estaba situado el límite S del territorio de Sidi Ifni, siguiendo el trazado del rio.- El Noun, como todos los rios de esta zona, es de caudal profundamente irregular , generalmente seco, pero en época de lluvias o tras alguna de esas tormentas espectaculares que asombran de vez en cuando, sufre crecidas importantes.- Al igual que sucede en el río Sidi Ifni, en su desembocadura, una pequeña barrera de dunas embalsa parte del agua que penetra en el cauce con la pleamar, que queda encajonada entre los escarpados y estrechos márgenes de arenisca del cauce creando un bonito contraste de colores entre los ocres del terreno, los azules cambiantes del mar y el azul con tonalidad verdosa que toma la pequeña balsa. Una plácida y solitaria playa de abundante arena se abre a los pies del acantilado, a ambos lados del rio (foto izda.).- Esta zona era visitada únicamente por pescadores, y ruteros de paso hacia Playa Blanca , siendo muy solitaria, pero hace un par de años, observé que se estaban construyendo varias casas en la playa. Desconozco su finalidad.- Para llegar a Foum Asaka, hay que salir de Sidi Ifni en dirección sur, dejando la entrada al puerto a la derecha, y se continúa todo por asfalto, que finaliza precisamente en Foum Asaka.- En total son 30 km.
Si atravesamos el río y continuamos por la pista en dirección sur, llegaremos a Playa Blanca (Plage Blanche o Chati Labiad) .- Esta enorme playa, que se extiende desde unos pocos kilómetros al sur de Foum Asaka hasta la desembocadura del Draa, es la certificación oficial de la muerte del anti Atlas.- Hasta aquí, la inmediatez de las montañas a la costa obligaba a su condición de abrupta y acantilada, limitándose las playas a ocupar pequeñas calas y los alrededores de las desembocaduras de los terrentes (foto drcha.) pero una vez suavizado el relieve, Playa Blanca se nos presenta ante nuestros ojos como infinita, perdiéndose en la lejanía (foto inferior).- Es un lugar muy apreciado por los amantes del 4x4, y especialmente de los "areneros", que gustan de recorrerla entera, para lo cual hay varias posibilidades: junto a la orilla, factible únicamente durante la marea baja (llenando los bajos de algas); por encima de la línea de cantos rodados que existe a continuación de la arena (llenando los bajos de abolladuras); por detrás de la estrecha franja de vegetación (no llenando los bajos de nada si está seco, o llenándolos de barro si ha estado inundada la zona, cosa frecuente).- También es una zona muy apreciada por los pescadores, capaces algunos de recorrer un par de miles de kilómetros, para poder pescar algún día aquí.- Una curiosidad de toda esta costa es la reseñable cantidad de barcos varados en ella, estampas de decrepitud que nos hablan de la furia que puede esconder el Océano y que sorprenden al viajero (última foto).- También llama la atención el hecho de que, a pesar de ser una costa prácticamente despoblada, las orillas acumulan gran cantidad de residuos y basuras de todo tipo, sin duda alguna traídos por el mar la mayoría, lo que confirma la idea de que hemos convertido los mares en vertederos incontrolados.- Si no disponemos de todo terreno, también podemos llegar a Playa Blanca desde Sidi Ifni, para ello, seguimos la carretera de Foum Asaka, hasta un cruce perfectamente indicado que señala dirección a Fort Bou Jerif (se trata de una pista practicable por cualquier vehículo) , desde donde tomamos poco después la carretera que viene desde Guelmin siguiendo el curso del rio Noun, que nos lleva directamente a Playa Blanca -
No debemos olvidar tampoco la cercanía de Mirleft, pequeño pueblo situado a 30 km. al norte de Sidi Ifni, y que bien merece una visita.

COMER Y DORMIR.-
La ciudad tiene una oferta hotelera más que suficiente para el número de visitantes que recibe, y maxime teniendo en cuenta que el grueso de ellos viajan en autocaravanas y tienen su demanda bien cubierta con el Camping El Barco.-
El camping El Barco no es más que una explanada de tierra con aspecto de aparcamiento, y un edificio de servicios, pero tiene la ventaja (que se convierte en inconveniente en los días de viento) de que se encuentra en la misma playa y que está bien equipado para autocaravanas , que constituyen el grueso de su clientela.- Dispone de tomas de agua y electricidad, y de duchas (agua caliente) y servicios aceptables (foto izda).-
En la propia ciudad, muy cerca el faro encontramos el camping municipal, poco más que un solar batido por el viento.
Junto a la Plaza, se encuentra el hotel Bellevue, remodelado hace pocos años (foto drcha).- Recuerdo con simpatía la noche que me hospedé en este hotel, en mi primera visita a la ciudad, hace más de 20 años.- Aunque el hotel compartía con la ciudad la pátina de abandono y decadencia, estaba limpio, y las habitaciones, nostálgicas y destartaladas, cumplían su sencilla función, (aunque también cumplían "otras funciones" para la población local). Pero sobre todo recuerdo la velada, inolvidable, que pasamos alli con El Derecho, un conocido y peculiar personaje local, pescador para más señas, de animada charla, y conocedor de todos los éxitos musicales españoles de los años 60 en adelante, desde Julio Iglesias a Las Grecas, pasando por Marisol y los Bravos.- En la actualidad, casi todas las habitaciones están reformadas y resultan más acogedoras, algunas dotadas de baño completo y tv., y las que dan al exterior disponen de tarrazas, unas con vistas a la Plaza, y otras al Océano, con un panorama impresionante, igual que el que se divisa desde la terraza del hotel.- Los precios son muy ajustados: la habitación doble con baño cuesta 180 dh., sin baño 110 dh, y la cena 90 dh. (precios abril/11).- El restaurante está autorizado a la venta de alcohol.
Otra opción de alojamiento es el hotel "Suerte Loca", que data de los primeros años de construcción de la ciudad, y que goza de un alto y añejo prestigio entre ruteros y determinadas publicaciones.- En mi opinión, ese prestigio es, al menos cuestionable.- En mi primera visita, después de verlo, decidimos ir al Bellevue, ya que tenía más aspecto de tasca de pueblo -aunque no vendieran alcohol- que de fonda o de hotel.- Más de una década y media después, mi hermano Fernando pernoctó en él, y en su opinión no era un lugar "especialmente limpio", y también le dió la sensación de que cumplía otras misiones al margen de la de albergar viajeros.- No obstante, repito que son opiniones personales, y ya digo que el establecimiento sigue teniendo una reputación excelente, tanto como hotel como restaurante.- En lo que sí que coincidimos casi todos, es en la simpatía y amabilidad del personal.- No todas las habitaciones tienen baño, y el precio oscila también entre los 100 y 180 dh.-
Tampoco podemos olvidar a la cercana Mirleft como alternativa de alojamiento
Si vamos hacia Playa Blanca, una buena opción es el albergue Fort Bou Jerif, situado junto a las ruinas del antiguo centro militar francés del mismo nombre.- Es un establecimiento que lleva un puñado de años abierto es lugar muy frecuentado por los amantes de las rutas 4x4, entre los que tiene una alta reputación.-

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