Siempre habrá un jardín para Lynn

Por Gomezbelda

Tema: Rose Garden (Lynn Anderson)

El country suele considerarse un género musical eminentemente masculino cuyos temas no hacen sino incrementar estas connotaciones varoniles. Tales tópicos no se tienen en pie y buena parte de la responsabilidad de ello corresponde a las artistas que, frente a las críticas de los puristas, han ido rompiendo esos corsés a lo largo de las últimas décadas. Lynn Anderson ha jugado un más que destacado papel en este cometido y por ello su marcha tiñe de luto el siempre alegre universo country. Una chica del Medio Oeste que sucumbió a los encantos del Sur y que nos ofreció mucho más que un jardín de rosas.

Lynn René Anderson nació el 26 de septiembre de 1947 en Grand Forks (Dakota del Norte) y demostró una muy temprana pasión por el canto, algo que no sorprende lo más mínimo si tenemos en cuenta que la madre de Lynn era Liz Anderson, otra dama fuertemente vinculada al country. De manera bastante curiosa, las carreras musicales de ambas mujeres arrancaron casi al mismo tiempo profesionalmente hablando (1964 en el caso de la madre y 1966 en el de la hija). Por supuesto, la vocación de Liz venía de lejos y en ella encontró su reflejo la joven Lynn.

Los primeros pasos de Anderson sobre los escenarios estuvieron avalados por la labor compositora de sus padres, sobre todo de su madre, quien escribió algunas de las canciones de los primeros trabajos de la emergente voz del country. En 1967 salía a la calle Ride, Ride, Ride, el disco que daría el pistoletazo de salida para una carrera un tanto irregular pero en la que contaría en todo momento con el afecto sincero del público. Ni que decir tiene que la consagración definitiva de Lynn Anderson llegaría en 1970 de la mano de uno de los temas más icónicos del country, Rose Garden.

La canción ni salió de la chistera de la familia Anderson ni constituía una pieza original. Compuesta por Joe South, la pieza ya había sido interpretada con anterioridad por otros artistas aunque con un discreto éxito. El gran mérito de Lynn sería dotar a la canción de un vigor y una profundidad excepcionales, virtudes que serían reconocidas por el jurado de los Grammy cuando otorgó a Anderson el premio a la mejor artista femenina de country en 1971. La interpretación de la joven Lynn traspasaría fronteras, algo ciertamente difícil en el country, y alcanzaría los primeros puestos en las listas de los discos más vendidos en muchos países.

A partir de este momento, Anderson no volvería ya a conseguir ningún éxito que se acercara siquiera al de Rose Garden (nada extraño, por otro lado). Su carrera sufrió un fuerte frenazo en los ochenta, dado que la cantante se casó en segundas nupcias con un acaudalado hombre de negocios y optó por dedicarse al cuidado de su familia. No obstante, el matrimonio saltaría por los aires a los pocos años, si bien el pleno regreso musical de Lynn se haría de esperar. En el año 2000, la cantante comenzó a recuperar el interés mediático (y no solamente por algunos desagradables episodios de orden público) y se ha mantenido activa hasta que su corazón ha dicho basta a la edad de 67 años. Descanse en paz.

La versión de Rose Garden con la que homenajeamos a la legendaria Lynn corresponde a una de las últimas apariciones televisivas de la artista, en la que da buena prueba de que el paso de los años no mermó ni su vitalidad ni el calor del público.