Siempre hacia delante con Cristo

Por Cantillana

Catequesis para la familia, 1ª semana de julio de 2013


La dignidad del cristiano, del seguidor de Jesucristo, se muestra en su decisión de afrontar cada circunstancia con la sola confianza en Su Gracia, que basta.
El que nos amó primero nos muestra que es necesario entrar por esa puerta de la fe, que es Él, para cumplir completamente la misión, para llegar a la salvación.

No es el poder o la imposición, ni la seguridad de un puesto o la tranquilidad de un privilegio lo que lleva aparejado el seguimiento cristiano, sino la obediencia a la voluntad del Padre, la sencillez, la humildad y la determinada determinación de una conversión constante.
Así se nos presenta el Evangelio en esta XIII semana del Tiempo Ordinario. Y este miércoles con la fiesta de santo Tomás, apóstol, se reafirma la necesidad de esa misma fe, que hace decir al mismo Jesús: “Bienaventurados los que crean sin haber visto”.
Quiero repasar algunos fragmentos de la carta apostólica “Porta Fidei”, en forma Motu Proprio que escribiera Benedicto XVI. Ahí nos dice el ahora Papa emérito u obispo emérito de Roma: “El Año de la Fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo”. Por ser esto así es por lo que se pide esa decisión irrevocable, no encender dos velas “a Dios y al diablo” como se suele decir, porque al final nos habremos de decidir.
El Señor conoce muy bien nuestro corazón, no en vano Él nos hizo a Su imagen y semejanza. Sólo Él nos puede llenar por entero. Sólo Él nos basta para salvarnos.
Y sigue Benedicto XVI en la carta citada: “Es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar. Hoy como ayer, él nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra (cf. Mt 28,19)” Para poder cumplir esa misión hay que llevar su amor en el corazón, la urgencia de su caridad. Ésa es la condición indispensable para luego poder transmitir Su presencia a todos.
Las preguntas que propongo nos podríamos hacer esta semana serían: ¿A quién seguimos verdaderamente en el día a día, en cada acto de nuestra voluntad?¿Estamos apegados realmente a Aquel que nos puede salvar? ¿Le hacemos caso o pretendemos que Él nos lo haga antes con ciertas condiciones?
Durante este verano podemos vivir intensamente la fe en familia y celebrarla en la liturgia con nuestros niños y jóvenes. Que santa Isabel de Portugal, celebrada el 4 de julio, nos recuerde también la importancia de la reconciliación con Dios, con el prójimo y con nosotros mismos, para seguir adelante y con energía renovada en ese seguimiento y misión de Jesucristo.
Madrid, 04 de julio de 2013. Luis Javier Moxó Soto