Hay veces que salgo a la calle y me da la impresión que me cruzo continuamente con las mismas personas, vaya por donde vaya me las encuentro. Otras veces pasan meses o incluso años sin que las vuelva a ver, hasta que de repente vuelven a aparecer.
Últimamente me está pasando esto con Júpiter, que se está en un universo infinito a 590 millones de kilómetros de donde vivo, pero que desde hace meses no paro de encontrármelo, como si fuera un vecino cotilla. En los días de invierno, cuando oscurece temprano, al salir de trabajar miro al cielo y ahi está, incluso lo veo a través de las nubes. Si voy al monte de noche, aparece y se esconde entre los picos de las montañas mientras voy caminando. Si me voy de viaje o de fin de semana siempre me lo encuentro. Ni la luna mas llena lo oculta sobre el cielo de las ciudades más iluminadas.
Últimamente sale cada vez menos, sólo entre las 7 y las 9 de la noche y dentro de poco mas de un mes se esconderá y pasarán unos meses hasta que vuelva a aparecer en el horizonte, pero seguro que no falla a su cita.