Siempre nos quedará el cine

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Cartel oficial de la película

En estos tiempos de crisis donde no todo el mundo se puede permitir darse alguna escapadita a algún lugar exótico o atractivos paraísos vacacionales, existen formas de viajar mucho más económicas y desde luego igual o más apasionantes, dependiendo de la elección, que están más al alcance de todos. Hace unos días les hablaba de un viaje literario y ahora me gustaría recomendarles un viaje a través de la gran pantalla. Concretamente, les recomendaría una historia cargada de nostalgia e idealismo que bien nos puede ayudar a evadirnos de la realidad durante algo más de una hora y media. Me refiero a la película Midnigth in Paris de Woody Allen, una divertida comedia a medio camino entre el romanticismo y la fantasía con interesantes guiños a la inmortalidad de todas las artes  –plásticas, literarias y cinematográficas- y la de sus grandes genios. Así, en medio de una cartelera repleta de películas sobre grandes superhéroes y superproducciones en 3D, la cinta de Allen convierte la sencillez  en un pequeño oasis de inteligencia y fantasía en un ambiente parisino totalmente cautivador que incluye maravillosos viajes en el tiempo que nos trasladan al París de los años 20 e incluso a la Belle Époque. Da gusto ver a su protagonista, un soñador aspirante a escritor, que cae en un extraño hechizo para encontrarse de repente tomando un café o compartiendo confidencias con Ernest Hemingway, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Scott Fitzgerald, Cole Porter o Jean Cocteau, entre otros muchos, eso sí, siempre sin perder el ritmo ágil y la concisión que caracteriza a los trabajos de Woody Allen. El viaje valela pena. Siempre nos quedará el cine y siempre nos quedará París.

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