Parece que los caprichos del cine invisible de este mes de vuelta al cole están marcados por alargada sombra de nuestro flamante festival internacional. En el primer fin de semana se estrena El río que era un hombre de Jan Zabeil, premio de la sección Nuevos Realizadores, no a la altura del palmarés principal, del 59 Festival de San Sebastián. Escrita a cuatro manos entre el director y su protagonista, Alexander Fehling, nos cuenta las peripecias de un joven en África, si bien cuenta con excelentes ingredientes la mayonesa no llega a cuajar, y este explorador de los tiempos modernos se dedica más a perderse que a descubrir. El otro estreno de la semana es The Deep Blue Sea de la que ya rendimos cuenta hace un año en Crónicas de San Sebastián.
La semana del 14 de septiembre es la de las adaptaciones: la novela de Valérie Zenatti trasladada al cine en Una botella en el mar de Gaza, una ocasión perfecta para conocer a su protagonista, Agathe Bonitzer, unas de las jóvenes actrices francesas con más presencia en estos momentos y que suele ser comparada con Isabelle Huppert (qué ya es decir); El nombre, adaptación de la obra de teatro de Mathieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, que la dirigen prácticamente con el mismo reparto que en teatro (diálogos brillantes para este teatro filmado) y Desafío total, el remake de la versión de la joya de Paul Verhoeven de 1990, que va mejorando con los años.