Hace unos meses decidí dar un paso más dentro de lo que
entiendo por alimentación saludable y vida activa y ha consistido en reducir de
mi dieta de manera muy drástica el café y la leche. Los he sustituido caso en
su totalidad por infusiones.
Aunque los sigo consumiendo, como os digo, la disminución de
la ingesta ha sido espectacular…y el cambio en cómo me siento también. Por eso
hoy quería compartirlo con vosotras.
1. Mucho café…y mucha leche. Cómo me sentía antes de dar el paso.
Vaya por delante que no me
considero vegana, vegetariana ni nada que se le parezca. Para mi es una opción
tan respetable como cualquiera pero yo no la practico: consumo lácteos,
pescados y (muy poca) carne.
El reducir el consumo de leche no viene motivado
por una ideología, sino que ha sido un paso lógico como respuesta al hecho de “escuchar”
a mi cuerpo y responder con alguna estrategia a cómo me sentía. Pero os cuento,
por orden.
Siempre me he considerado muy
cafetera. Y digo considerado porque en realidad, como todo, era un hábito. Yo
podía, tranquilamente, tomarme 4 y 5 cafés al día. En invierno, todos con
leche.
Obviamente, era consciente de que no era la opción más saludable…pero – como en
cualquier hábito – la verdad es que no me daba ni cuenta del ritmo al que los
consumía: el de por la mañana, el de media mañana, a veces otro con un
compañero, tras la comida, a media tarde… ¡Gracias a la suerte no me exaltaban
demasiado porque era para subirme por las paredes!
De haberme notado nerviosa y/o
con problemas para conciliar el sueño, habría considerado la opción de cambiarlo
a descafeinado. Pero es que ese no fue el caso.
Yo me sentía HINCHADA. Como un
auténtico globo. Con muchos gases.
Sobre todo, de un tiempo a esta
parte.
No entendía porqué, ya que en
general mi alimentación es sana y ligera (los días que como en la calle me paso
como todo el mundo, pero en el día a día es muy equilibrada). Mi hinchazón se
manifestaba en estómago y tripa y era especialmente molesta tras el almuerzo y,
en ocasiones, toda la tarde.
En ese momento no lo supe ver, pero coincidía con la ingesta del café tras el
almuerzo, claro está.
2. El cambio: a por las
infusiones.
Ahora lo veo desde la distancia,
y es que era capaz de tomarme casi un litro de leche al día. ¡Normal que me
sintiera pesada!
Una tarde que estaba rabiando,
algo hizo “click” en mi cabeza, y decidí probar a sustituir todo ése café (y
toda ésa leche) por infusiones. Sólo tomo el primer café con leche del día, y
ya no más. Aunque no lo he eliminado, la reducción ha sido drástica.
Y ojo, no he cambiado “café” por “té”,
sino por infusiones. Esto quiere decir que consumo té (me gustan el negro, el
rojo y el blanco muchísimo…el verde algo menos pero aromatizado está rico
también) pero también hibisco, rooibos, manzanilla, poleo… ¡de todo! Y me
aprovecho de los beneficios de todas…empezando porque, al ser diuréticas, he
notado radicalmente un descenso de la hinchazón.
Os dejo aquí un cuadro de los
beneficios de las principales infusiones que consumo, por si os motiva ;):
3. El resultado: ¡me siento
ligera! Y algunas que os recomiendo.
Como ya os adelantaba, desde que
hice esta modificación en mi dieta, la mejoría ha sido brutal. Ya no me hincho,
voy mucho al baño (ya antes iba, pero ahora más) y me noto incluso la piel
mejor.
Tengo más variedad y la adapto al
momento del día: por la mañana un té negro, tras comer hinojo o poleo, a media
tarde un té rojo…¡es imposible aburrirme! Y ahora miro con ojitos tiernos los
stands de infusiones de tiendas, herbolarios y supermercados, a la busca y
captura de sabores y sabores.
De paso y como trato siempre de
hacer, he trasmitido a mi familia el gusto por probar infusiones. Mis hijas las
toman siempre sin teína (rooibos, hinojo…) y es una opción fenomenal para media
tarde, ahora en otoño/invierno.
No soy una especialista en este
tipo de bebidas ni me considero especialmente sibarita. Pero os dejo algunas
que me han encantado…
- Todas las de Teterum:Obviamente, con matices porque cada gusto es un mundo, pero lo expreso así
para recalcar su calidad. Me las hace llegar mi amiga Miss Potingues que es
experta en ellas y sólo puedo decir maravillas de las de té negro, blanco,
rojo, rooiboos…
-
De Pompadour os contaba,
recientemente en IG, que compré dos que me han encantado (tés verde y rojo
aromatizados con naranja/jengibre y piña/lima, respectivamente)
-
De Mercadona me gustan muchísimo el té negro con vainilla y caramelo y el rooibos con ciruela. La infusión digestiva no está nada mal, pero no le encuentro el “sabor a pera” por ningún sitio.
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El hinojo dulce de Aboca es delicioso y muy efectivo...simplemente me encanta, por su sabor y por como me sienta.
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De Yogi Tea he probado recientemente la infusión Detox gracias a mi amiga Mareas y me ha gustado tanto que me planteo pedir varias más.
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Aparte, compro infusiones al peso y zahareña en Granada, en La casa de las Matanzas, y también las recomiendo.
¡Y eso es todo, que no es poco!
¿Y tú, te has pasado ya a las infusiones?
Ahora que vienen días de comer tanto...es una manera de
compensar, hacer mejores digestiones y llegar a Enero mejor ;)
¿Cuáles me recomiendas?
Besos!!