“Siento vergüenza”

Publicado el 18 noviembre 2016 por María Bertoni

“Lo que corresponde es que el Congreso de la Nación pida la intervención federal del Poder Judicial de Jujuy” aseguró Eugenio Raúl Zaffaroni hacia el final de la charla que ofreció ayer por la tarde en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. El ex juez de la Corte Suprema coronó con esas palabras su diagnóstico sobre el “panorama preocupante” de los Derechos Humanos en Latinoamérica, en nuestro país y en la provincia que gobierna Gerardo Morales. El trayecto del contexto regional al contexto nacional lo llevó a analizar especialmente la detención arbitraria de la dirigente Milagro Sala, y a señalar la falta grave a la Constitución Nacional detrás de la respuesta improcedente del mandatario jujeño a la solicitud de liberación inmediata por parte de Naciones Unidas.

El penalista reconoció enseguida que la intervención nacional de Jujuy “es políticamente inviable”, a tono con las observaciones que le dedicó a una Argentina cada vez más alejada de los principios del Estado de Derecho. “En el último tiempo nos estamos saliendo del sistema planetario” sostuvo para ilustrar cuánto se han apartado de la norma los jueces y fiscales empecinados en mantener encarcelada a Sala y/o decididos a apresar a la ex Presidenta Cristina Kirchner en el marco de la causa por el dólar futuro.

Ante la envergadura de las faltas cometidas, Zaffaroni se preguntó “qué está pasando, ya no con algunos magistrados, sino con las facultades de Derecho”. También recordó que las leyes no son algo estático, sino el fruto de una lucha que no debe abandonarse nunca. En caso contrario, “corremos el riesgo de que el Derecho se convierta en una lógica inútil”, por lo tanto susceptible de ser descartado y reemplazado por el ejercicio de la violencia.

El actual miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contó que todavía no visitó a Milagro por la vergüenza que siente en tanto jurista, abogado, académico. “Ella no me va a preguntar porqué el Derecho no alcanza para dejarla en libertad, pero yo voy a sentirlo igual”, explicó y agregó: “Siento la misma vergüenza que experimenté en el pasado con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”.

Raúl Zaffaroni, ayer, en el Aula Magna de la Facultad de Derecha. Lo escoltan, a su derecha, Alejandro Slokar y, a su izquierda, Fernando Tenorio Tagle. Foto de Espectadores.

Zaffaroni cerró la presentación de América y su porvenir jurídico, libro que reúne las ponencias presentadas en este seminario casi homónimo que tuvo lugar en agosto pasado en México, y en el marco del 40° aniversario del Instituto Nacional de las Ciencias Penales de ese país. Lo acompañaron el profesor e investigador del INACIPE Fernando Tenorio Tagle, el secretario general de la misma entidad Jorge Martínez Iglesias y el presidente de nuestra Cámara Federal de Casación Alejandro Slokar.

“Es indispensable pensar los Derechos Humanos en el mundo”, afirmó Don Raúl antes de advertir sobre el “deterioro de la política” a nivel global. “El poder de los Estados se encuentra cada vez más condicionado por el poder financiero”, que avanza con la intención de someterlos a un proceso de debilitamiento o desmantelamiento institucional, según la región.

Como en presentaciones anteriores, Zaffaroni se refirió a los dos tercios de la población mundial en condiciones de necesidad, y al tercio que satisface sus necesidades en desmedro del medioambiente. El poder financiero busca preservar -cuando no exacerbar- esta “sociedad 30/70” a través de Estados que desatiendan los derechos humanos en general y el derecho humano al desarrollo en particular. Con este objetivo en mente, “avanza a través de nuestros defectos institucionales”.

“El panorama en América Latina es seriamente preocupante” porque esta nueva expresión del “poder neocolonial” atenta contra nuestras democracias. Según explicó el penalista, la destrucción -mediante la corrupción- de la Policía y la degradación de las Fuerzas Armadas a la función policial encabezan la serie de acciones destinadas a debilitar a los Estados. La primera lo logra hacia afuera, en desmedro de la defensa del territorio nacional; la segunda hacia adentro, al poner en riesgo la paz social. La “monopolización de los medios masivos de comunicación” y el “desmantelamiento del Poder Judicial” forman parte de la misma estrategia.

Zaffaroni y Slokar compilaron las disertaciones publicadas en este libro.

El autor de La cuestión criminal advirtió sobre el aumento de la violencia estatal, que articula la violación de los DD.HH con la provocación de (más) conflictos entre los excluidos “para hacer que se maten entre ellos”. En este punto Zaffaroni denunció especialmente la violación del derecho humano al desarrollo (es decir a una alimentación sana, a una vivienda digna, a un servicio de salud de calidad, a la seguridad vial) que provoca un “genocidio por goteo”, y por lo tanto “más muertes que la violencia abierta”.

Antes que el ex juez de la Corte Suprema, Slokar describió el presente de la región como regresivo, inclemente y desolador. Por su parte, el profesor Tagle disertó sobre la “economía política del castigo en la aldea global”: explicó las distintas formas de violencia que implementa el poder punitivo, señaló la oposición entre comunidad e inmunidad, describió la relación entre los pactos constitucional y penal.