El perfil de París no se concibe sin la colina de Montmarte coronada por la Basílica del Sacré Cœur. Sin embargo, estas calles no han pasado a la historia por sus bellezas arquitectónicas (que sin lugar a dudas las tiene) sino por su espíritu bohemio: sus bares y cabarets eran frecuentados por artistas como Van Gogh, Matisse, Degas y Picasso. Por eso, cuando entres en Montmarte, olvida todas las ideas preconcebidas sobre el turismo tradicional y ábrete a las nuevas experiencias.
A continuación les propongo algunas de las actividades más peculiares que podrías realizar perdiéndote entre estas callejuelas:
1. Visitar el Espace Dalí para apreciar las esculturas únicas de Salvador Dalí. Con una música un tanto lúgubre de fondo y las luces indirectas, el ambiente es perfecto para que disfrutes al máximo de las creaciones surrealistas del pintor y escultor.
2. Hacerte un retrato en la Place du Tertre. Aquí encontrarás infinidad de pintores que, como los de hace tiempo, han venido atraídos por los paisajes de la ciudad y por su vida nocturna. Podrán inmortalizarte por precios módicos.
3. Visitar el Cementerio de Montmarte. Aquí encontrarás las tumbas de artistas, escritores, políticos y estrellas de cine. Entre ellos pueden mencionarse: Edgar Degas, Foucault y Stendhal.
4. Tomarse un café en el Moulin de la Galette. Este es el único molino que queda en pie en París y desde el siglo XIX es epicentro de buena parte de la vida social de la ciudad, tanto es así que ha sido tema de numerosos cuadros, entre ellos del propio Renoir. Eso sí, los precios no son muy económicos.
5. Llegar hasta Place Marcel Aymé para ver la escultura Passe-Muraille, la curiosa figura de un hombre que atraviesa un muro, de un realismo absolutamente fascinante.
6. Aprender a decir “Te amo” en un idioma diferente. Para ello deberás visitar el Muro Je t'aime que te regalará esta frase en más de 300 idiomas.
7. Pasar una noche en el Moulin Rouge. Entre lentejuelas, plumas y cancán, te parecerá que el tiempo se ha detenido.