La anterior película de McDonagh, fue la maravillosa Escondidos en Brujas, película que revitalizaba de alguna manera un cine al estilo Tarantino, pero sin llegar a serlo del todo, es decir, con personalidad propia.
En esta ocasión, el director a vuelto a dar en el clavo, y nos dibuja algo parecido a lo que podría ser el cine de Tarantino, pero con una vuelta de tuerca más que interesante.
Una película que entiendo, no es del gusto de todos, y que hay que asumir no solo la parte violenta, de crimen, mafia, y psicópatas, sino que también hay que saber que vas a ver un montón de humor negro. Un humor constante, pues cada uno de los siete psicópatas que se van mostrando en pantalla (de una manera magnífica), van a ir desgranando no solo la miseria de su existencia, sino también un toque excéntrico, que te hace dibujar una mueca de sonrisa en la boca. Ojo, no os penséis con esto que os vais a partir de la risa, ni es lo que pretende su director con la película.
En definitiva, una película que so recomiendo, sobre todo si en su momento os gustó Escondidos en Brujas (película que también os recomiendo).