Sin lugar a dudas, la gran baza de Siete psicópatas es su magnífico guión, funciona con la precisión de un reloj suizo. Su engranaje es una combinación de inteligentes diálogos, situaciones tan verosímiles como carentes de veracidad, pero súmamente divertidas y unos personajes que dejan huella -sobre todo el de Sam Rockwell- . La película se estructura en pequeñas cápsulas que nos presentan a estos siete personajes excéntricos para confluir en el apoteósico desenlace; unos personajes humanizados, como los de su anterior film. En pocas ocasiones los protagonistas de un film de gángsters presentan rasgos tan definidos y menos si es en clave paródica.
Siete Psicópatas es un estudio del lenguaje cinematográfico en todos sus sentidos y mientras McDonagh ofrece un inteligente divertimento que disfrutará todo el público. Sencillamente, es la mejor comedia negra del año y obtiene un resultado muy satisfactorio en su intento de reivindicar el género en el cine estadounidense.
Lo mejor: Sam Rockwell y la inteligencia de sus diálogos Lo peor: ¿Por qué no está su guión en los Oscar?Nota: 8
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