Para motivar a los nuevos viajeros a dejar atrás los prejuicios y aventurarse en una primera escapada sin compañeros, el hotel Barceló Bilbao Nervión enumera siete ventajas de viajar solo.
1. Probar la independencia en su máxima expresión
Viajar solo permite al viajero decidir con libertad sus planes, como y cuando lo desea. Esta sensación de libertad absoluta le permite arriesgarse a improvisar planes sin dar explicaciones y organizar su tiempo a su gusto.
2. Descubrir nuevas virtudes
Los viajes all by myself sirven no solo para conocer a gente nueva, sino para crear grandes recuerdos.El viajero se conoce a sí mismo en la medida en la que se enfrenta a situaciones nuevas, aprende a afrontarlas y reconoce su capacidad de adaptación.
3. Hacer de uno mismo la mejor compañía
Pasar tiempo solo es interesante y enriquecedor. Así es que se aprende a disfrutar del silencio y de la soledad. Una persona que se encuentra a sí misma, es una persona satisfecha, que desprende energía, equilibrio, serenidad y positivismo.
4. Disfrutar de los pequeños placeres
Viajar solo es el plan perfecto para desconectar y relajarse. Pasear por la ciudad, disfrutar de la gastronomía o dormir sin despertador. Todos estos son placeres que a diario no se tienen al alcance, lo que los hace mucho más valiosos.
5. Enfrentar pequeños retos y superarlos
Al salir de la zona de confort, el que viaja solo puede sentir algo de inseguridad, pero al lograr vivir nuevas aventuras y aprender a manejarse, aumenta su confianza. Los retos de cada día se superan poco a poco, sin miedo al fracaso.
6. Hacer rendir el dinero
Otra de las grandes ventajas de esta modalidad de viaje, es que todo el dinero que se tenga destinado para los días libres, será totalmente para una persona. No existirán compromisos que cumplir, ni habrá que visitar sitios que no interesen, se puede comer a cualquier hora y ordenar lo que apetezca, y lo mejor de todo es que el viajero solitario puede darse un capricho cada vez que quiera.
7. Decir ‘adiós’ a las preocupaciones
Un fresh start en el que olvidarse de todos los problemas personales, laborales o económicos. Allá donde se vaya, nadie sabrá nada ni de la forma de ser ni de los problemas que se tengan a diario. La mejor manera de desconectar y de cambiar de ambiente.
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Si hay una característica que define a los bilbaínos es el orgullo que sienten por su cuidad, por eso todo el que se aventura a visitar la ciudad vive ‘el efecto Bilbao’, disfrutar de sus galerías de arte moderno, restaurantes de comida internacional, bistrós y mucho más.
El hotel Barceló Bilbao Nervión, situado a 250 m del puente de Calatrava y a 10 minutos a pie del Museo Guggenheim, es uno de los prescriptores más importantes del destino en los ámbitos de ocio, gastronomía, arte y cultura local en clave cool. El alojamiento ideal para la primera escapada en solitario.