Siete razones por las que vale la pena perderse en Lisboa

Por Karin Viajera @viajeseurope

03.06.2015 14:28

Normalmente, o viajamos poco o viajamos con frecuencia. Visitamos ciudades por muchas razones: a unos les gusta descubrir la historia que tiene cada ciudad y todos los monumentos históricos que hay escondidos en sus preciosos rincones; a otros les encanta simplemente observar como es la vida allí. Los motivos para viajar pueden ser varios: generalmente para descansar, pero la forma que elegimos puede ser distinta muchas veces.

Si quieres escaparte unos días o un fin de semana, te recomendamos como destino Lisboa, ya que de allí puedes llevarte los mejores recuerdos, descansar plenamente y disfrutar un poco. Nosotros te traemos las siete razones de por qué deberías perderte entre sus calles.

La capital de Portugal ofrece mucho que ver y, puede ser, que a cada uno le interesen cosas diferentes, pero entre lo mejor de todo, seguramente, podríamos destacar:

Es el puente situado sobre el río Tajo y tiene una longitud de más de 2 kilómetros, por lo que es el puente colgante más largo de Europa. Coger un coche y pasar por el puente es impresionante, y seguramente una experiencia inolvidable que no tendrás en ningún otro lugar de Europa. Te animamos a que lo pruebes y disfrutes así de un pequeño trayecto lleno de grandes emociones.

La encuentras en la desembocadura del río Tajo. Si entras, es como si volvieras a la historia de la ciudad. Sus cinco pisos y una terraza te enseñan los cañones defensivos. Además, te cuentan como tiraban a los prisioneros. Descubre las salas de los Reyes, las Audiencias y muchas más. También puedes observar su capilla.

Situado muy cerca de la Torre de Belém. Sin duda, es uno de los puntos de interés más importantes si decides hacer turismo en Lisboa. Tiene una vista impresionante, tanto por fuera como por dentro. Podríamos decir, con toda seguridad, que se trata de una joya arquitectónica, pues presenta un número infinito de columnas, entre las cuales perderse es un placer.

No olvides el claustro, que con sus dimensiones y perfecciones arquitectónicas es sorprendente.

No podemos visitar Lisboa sin probar los riquísimos pasteles de Belém. No dejes escapar la oportunidad que se te ofrece y prueba la especialidad de la cocina portuguesa. Los pasteles tienen una base de hojaldre y están rellenos de una crema hecha de leche, vainilla y nata. Te aseguramos de que pedirás más, porque son tan buenos que simplemente cojer uno solo, no es suficiente.

El centro de la ciudad consta de siete colinas. El tradicional y nostálgico, pero precioso tranvía número 28, te llevará por las calles y barrios más importantes. Sin esfuerzo y con mucha comodidad, verás lo más bonito del centro desde un tranvía muy original. Déjate llevar y disfruta, todo lo que puedas, de este maravilloso transporte y de las vistas que desde él se ofrecen.

En Lisboa está el segundo oceanário más grande de Europa, con una gran colección de habitantes marinos. Ven a ver los tiburones, atunes, rayas, medusas y otros peces, en un ambiente tranquilo, limpio y lleno de más de 8000 especies. Allí olvidarás todos tus problemas.

Entre tantas cosas que ver en Lisboa, no olvides la famosa calle Rua Nova, la calle peatonal pintada de color rosa. Si te gusta la vida nocturna, puedes ir a muchos bares y probar tapas portuguesas, además de beber unos cocktails con nombres escandalosos.