-Rosa Berbel-El muchacho desnudo-que se parece a ti-mira por la ventana de su piso vacío.Nada nuevo: su pene golpeando en el cristalde forma repetida,por los siglos de los siglos.En ese mismo instante, en otro apartamento,la muchacha desnuda-que se parece a mí-apunta con su dedo hacia el cuerpo desnudodel muchacho.Su deseo es ingenuo y anafórico.No podríamos lamernos ni tocarnossin romper los cristales, sin nombrar emocionescon palabras gastadas, de otro tiempo.¿Cómo reconocer poemas de amorcuando el campo semánticoes antiguo?Todo lo que algún día nos hizo sonreírahora está muerto.
-Rosa Berbel-El muchacho desnudo-que se parece a ti-mira por la ventana de su piso vacío.Nada nuevo: su pene golpeando en el cristalde forma repetida,por los siglos de los siglos.En ese mismo instante, en otro apartamento,la muchacha desnuda-que se parece a mí-apunta con su dedo hacia el cuerpo desnudodel muchacho.Su deseo es ingenuo y anafórico.No podríamos lamernos ni tocarnossin romper los cristales, sin nombrar emocionescon palabras gastadas, de otro tiempo.¿Cómo reconocer poemas de amorcuando el campo semánticoes antiguo?Todo lo que algún día nos hizo sonreírahora está muerto.