En biología, endemismo hace referencia a un animal o planta que pertenece en exclusiva a una determinada área geográfica, única y limitada.
De esta forma, si una especie es endémica de un lugar eso significa que, de forma natural, solo puede ser encontrada en ese sitio concreto.
Los endemismos suelen producirse en áreas pequeñas, aisladas geográficamente y con unas condiciones ambientales diferenciadas.
Debido a su número reducido, las especies endémicas suelen ser escasas y tienden a estar en una situación de peligro de extinción.
La introducción de especies invasoras suele afectarlas de forma muy negativa, reduciendo su población. Debido a todo, las políticas de protección son esenciales para preservar estas zonas.
Los principales peligros y enemigos de las especies endémicas son la deforestación, las construcción de infraestructuras, el cambio climático, la sobreexplotación de los recursos naturales, la expansión de los asentamientos humanos, la agricultura, la caza furtiva, etc.
Los endemismos pueden surgir a consecuencia de fenómenos naturales, como la formación de una isla de origen volcánico en medio del océano. Otros lugares en donde se producen endemismos son valles aislados, cumbres de montañas, lagos interiores, etc.
El ser humano ha querido reproducir de forma artificial los endemismos en las ciudades a través de zoológicos y jardines botánicos, lugares en donde poder mostrar y reproducir diferentes especies exóticas inexistentes en su entorno natural.
Las especies endémicas suelen tener añadido en su nombre el lugar de donde son originarios, dando a entender así su carácter único.
Ejemplos endemismo:
El lince ibérico es una especie endémica de la Península Ibérica.
El drago es un árbol endémico de Macaronesia.
La iguana marina es una especie endémica de las Islas Galápagos.
El teporingo es una especie endémica del valle de México.
La zarigüeya delgada de Handley es endémica de Colombia.