Juan me ha enviado estas preciosas fotos, que obvian cualquier comentario añadido. Se las agradezco un montón. Decir sólo que cuando la vio no tenía referencias de que andaba por allí, así que puedo imaginar su satisfacción cuando la observó, la misma que sentí yo.
Yo por mi parte estuve por la tarde en la ensenada de Aramar, donde comprobé que seguían no sólo uno, sino dos ejemplares de charrán patinegro Sterna sandvicensis. El ejemplar nuevo es un precioso adulto, con la mancha amarilla del pico bien visible y las partes superiores grises. El capirote en la cabeza aún no está presente.
Como se ve, la mandíbula inferior es más larga que la mandíbula inferior, una perfecta adaptación para pescar.
Luego se pasó por allí el segundo charrán patinegro, el juvenil que ya lleva unos días por la ensenada de Luanco, se ve bien la diferencia, con el final amarillo del pico apenas presente, y algo de oscuro en las coberteras.