Pero tú careces de la mascara y la armadura que ellos llevan, y cuándo te cuentan sus tristezas te entristeces y te alegras con sus alegrías. Sin embargo ellos creen que haces teatro y que no te importan nada porque eso es precisamente lo que eres tú para ellos, nada.
Por eso aunque no debes dejar se ser cómo eres, lo que si tendrías que hacer para sufrir un poco menos es protegerte con el amor a ti mismo que nunca debe faltar y el amor de Dios que no es egoísta como el de los hombres.