De acuerdo a la Enciclopedia Católica, la Semana Santa es aquella [ serie de días] que precede a la gran festividad de la Resurrección [ el Domingo de Pascua], en donde se conmemora - durante la misma- la Pasión de Cristo y el evento que condujo a su muerte y resurrección.
Históricamente nos podemos remontar al año 329 en el cual Atanasio de Antoquía escribe en la primera de sus Cartas Festales sobre el estricto ayuno que se guardaba durante los seis días previos al Domingo de Pascua, que, para el Padre de la Iglesia, simbolizaban la creación del mundo.
Durante estos días, algunos de los fieles - sobretodo los católicos- viven una devoción singular con el sentimiento religioso a flor de piel y de manera intensa: el viernes santo.
En México, y en muchas partes del globo, se ven a miles de fieles que por única vez en el año se acercan a un templo, rezan y se comprometen a la conversión y a vivir de una manera más cristiana... aunque a los pocos días la flama se apaga y siguen como siempre pero el marco que regalan -como la foto de arriba- es, sin duda, irrepetible.
Otros muchos, la mayoría por tristeza para la Iglesia Católica y el cristianismo en general, aprovechan que es feriado en un país laico ¿? como México y tanto jueves como viernes santo sirve de puente para aprovechar e irse a vacacionar.
Y aquí viene la pregunta interesante: ¿sigue siendo válida la semana santa?, como festividad religiosa.
La pregunta obviamente tiene sus claroscuros y toda una serie lecturas dependiendo del crisol desde el cuál se mire.
¿Ellos, quiénes acuden, se pueden considerar realmente fieles?; es decir, que van piadosamente a recordar y revivir lo que, en teoría [ según el Catecismo de la Iglesia Católica, puntos 571 al 594] es el centro de la fe cristiana [La Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo]?
O, por el contrario, ¿solo es acudir a un show más, a uno anual y global, que les dice, a lo lejos, por qué es que están de vacaciones?
Y eso si es que ponen poquito de atención o se toman la molestia de ir a dicho evento ya que otros, por el contrario, toman agua de coco frente al mar.
Sí, quizá es un tema trillado como la Navidad y su significado religioso pero, contrario a la festividad decembrina, la Pasión y Muerte de Jesús da origen como tal al movimiento cristiano.
Es decir, no podríamos entender ni justificar la existencia del cristianismo sin y por la Resurrección de Jesús [ y su posterior difusión vía Pablo de Tarso y demás].
Es aquí, por tanto, en donde recala la relevancia de la conmemoración y en el cómo lenta pero constantemente cada vez más las conmemoraciones cristianas se disuelven y convierten en eventos mundanos; pareciera que lo que pasó siglos atrás, cuando la Iglesia Católica fusionó fiestas paganas [ como las saturnalias romanas con la Natividad de Jesús] ahora les cobrara factura a la inversa.
Aunque la religiosidad, el movimiento religioso en general, vive un momento de crisis importante [ sobretodo de identidad hacia instituciones establecidas] no deja de ser curioso como medianamente la religiosidad popular la "fe" sigue, de formas extrañas, haciéndose presente en el colectivo general y rescatando "eso" que aún llamamos religión.
La religiosidad popular es, en términos simples, la forma en cómo el pueblo llano, el común de los mortales, entiende y vive la religión, muchas veces de forma totalmente opuesta a la postura o manifestaciones oficiales: procesiones, cilicios e incluso cadenas de oración o rezos del rosario podrían tener de alguna forma cabida dentro de tal apartado.
Y aunque no es la manera idónea, teológicamente, de vivir la fe ( por ejemplo, en Semana Santa es preferible meditar la Pasión y acudir a la Vigilia Pascual que caminar kilómetros en el Viacrucis) es la manera en como la Iglesia, y/o las instituciones en lo general, mantienen el control ya que es mejor decir " tengo diez mil fieles que acuden al viacrucis (es decir, diez mil almas que en teoría "controlo")" a argumentar: " solo acuden doscientas personas a la misa dominical".
Por eso, aunque no es correcto del todo, se sigue consintiendo tal forma de vivir la fe.
Sin lugar a dudas hace mucho que la Semana Santa perdió en el colectivo la definición que daba en los inicios del cristianismo Atanasio de Antioquía. Y sí en cada viernes de cuaresma es un auténtico placer comer marisco, para un gran número de cristianos tomar el sol, tumbados en la arena, un viernes santo a las tres de la tarde [hora en donde la tradición dice que murió Jesús] es, sin lugar a dudas, una experiencia religiosa.