Sigüenza: ciudad castellana monumental

Por Tienesplaneshoy @Tienesplaneshoy
Hoy paramos en la provincia de Guadalajara (Castilla la Mancha), en una de sus localidades más conocidas con esencia medieval. Sigüenza.

Así, nos adentramos en una ciudad con Historia, arte, leyendas, castillo, artesanía popular, catedral, calles empedradas. Un pequeño paseo monumental con diferentes atractivos que llamarán nuestra atención.

Para empezar y como punto de partida, nos dirigimos a su castillo (hay un aparcamiento a su alrededor). Se encuentra en la parte más alta de la localidad y, actualmente, es Parador Nacional de Turismo. 

Su origen data del s. XII y fue edificado sobre una anterior fortaleza musulmana. Especialmente característico de este lugar es que fue un castillo de carácter residencial religioso a lo largo de bastantes siglos, y que fue ampliado numerosas veces durante varios siglos. Infinidad de obispos, con caracteres e intereses muy variados, han pasado por Sigüenza dejando su huella.
Pero a pesar de esto, en diferentes momentos claves de la Historia, la fortaleza fue cambiando su funcionalidad. En el s. XIX, con la ocupación napoleónica, las fuerzas francesas lo tomaron como cuartel.

Con la Guerra de la Independencia fue tomado por las tropas carlistas. Luego, un terrible incendio dejó el lugar muy deteriorado. Fue cuartel de la Guardia Civil en el s.XX y la última vez que se le da un uso militar al castillo de Sigüenza fue en la Guerra Civil, cuando fue tomado por el bando republicano.

Desde entonces y hasta ahora, principalmente en los años 70, se produce una cuidada y minuciosa restauración del lugar, intentando conservar lo que quedaba en pie (que no era mucho) y, siguiendo antiguos planos del lugar, hasta convertirse en el actual Parador Nacional de Turismo de Sigüenza.
Os animamos a adentraros en su patio, donde se puede disfrutar de una calma y tranquilidad impresionante en un decorado de piedra y madera, el sonido del agua de la fuente y el pozo, que antiguamente abastecía a la fortaleza de agua.
En esa calma infinita que disfrutamos en nuestra visita, por lo visto se camuflan unas inquietantes visitas que hay quien dice haber presenciado cuando ha pernoctado en el lugar. Efectivamente, como estáis pensando, el antiguo castillo de Sigüenza también tiene leyenda. En este caso, la protagonista es Blanca de Borbón, quien fue casada con Pedro I, en el intento de conseguir una alianza territorial. El marido no tenía mayor interés que ese y, tras varios devenires, acabó encerrando a la joven en una estancia del Castillo. No fue aquí donde falleció la mujer, sino que posteriormente fue traslada al sur por miedo a que vinieran a liberarla, donde murió dramáticamente asesinada. Pero se dice que de esos amargos años en Sigüenza volvió con su presencia inquieta, como una nebulosa que a veces se manifiesta en el lugar.
Para no alargarnos más en la extensa historia que envuelve este edificio continuamos el paseo por esta localidad.
Desde el Castillo sale la Calle Mayor, empinada, empedrada, con balcones de hierro y donde, al final de la misma, se deja ver la Plaza Mayor, dónde se encuentra la Catedral de Sigüenza, Santa María la Mayor, a poca distancia.

La Plaza Mayor de Sigüenza llama la atención. Mandada construir por el Cardenal Mendoza en el s.XV, tiene un aspecto característico de las plazas castellanas, que en función del punto cardinal al que dirijas la vista te ofrece imágenes diferentes y todas ellas preciosas. Está porticada por dos de sus lados. La arquería que la rodea, le da aún un aspecto más pintoresco. Diseñado con el fin de cobijar a los comerciantes.

Conformada por casas de antiguos canónigos, casas palacios, residencias de nobles con sus blasones. Presidida por el ayuntamiento a un lado y, enfrentada al mismo, la fachada sur de la Catedral.

Esta catedral alberga en su interior, tal y como dicen los expertos en la materia, una joya artística que destaca a nivel mundial realizada entre finales del s. XV y principios del XVI . Se trata de la escultura funeraria del Doncel de Sigüenza. Figura de trascendencia en éste lugar, de la que daremos algunas pinceladas, y que si os apuntáis a la visita guiada de la catedral allí os ampliarán en condiciones.

Martín Vázquez de Arce, así se llamaba el Doncel, era hijo de una familia influyente con residencia en Sigüenza, aunque se trasladaron a Guadalajara. Perteneciente a la orden de Santiago y entregado el doncel al apoyo a los Reyes Católicos, y en plena Reconquista, luchó en sendas batallas. En una de ellas, en la Vega de Granada, estando también su padre allí presente, falleció justo antes de la victoria. Su padre trasladó el cuerpo a la capilla que tenía la familia en la catedral.

La escultura, realizada en alabastro, policromada y llena de detalles, se encuentra en el interior de la capilla del Doncel. En este lugar, al que solo se puede acceder con la visita guiada, aunque es visible desde la puerta, se encuentran enterrados, a parte del Doncel, sus padres y su hermano, que fue obispo y consejero de Fernando el Católico.

En el interior de la catedral también podréis descubrir el coro, la girola, el altar, el trascoro, un precioso claustro, retablo, entre otros elementos. El exterior llama la atención por sus dos torres de aspecto fortificado con el que fueron construidas.

En el barrio medieval de Sigüenza encontramos la Casa del Doncel. De aspecto gótico, resalta en el esquinazo de una de las plazuelas que nacen de las estrechas callejuelas que enmarcan esta zona de la localidad. Allí residió durante algunos años el doncel y, posteriormente, los Marqueses de Bedjar.
Otro de los lugares por los que pasaréis si estáis inmersos en el paseo por la zona medieval será la plazuela de la cárcel. Originariamente aquí se celebraba el mercado. Su nombre viene de que hasta la espera de juicio aquí se retenía a los “presuntos” delincuentes.
Y así podríamos seguir enumerando rincones que se esconden por las callejuelas medievales de Sigüenza.
Pero allí se esconden otros barrios, con otra esencia. Los restos de la judería, donde llegó a haber hasta dos sinagogas. La segunda se creó fruto de su expulsión hacia el nuevo barrio. En el Portal Mayor encontraréis la entrada a lo que fue ese barrio judío.

Por otro lado, se encuentra el Barrio de San Roque, o barrio barroco, cuyo origen se remonta al s. XVIII y se caracteriza por el trazado recto y más ancho de sus calles, que pretenden ampliar la ciudad e integrar la catedral en el nuevo barrio. Fachadas homogéneas, bastante simétricas, la ermita de San Roque, algunos palacios, la hospedería.. todo ello pasa a formar parte de este barrio .

Y entre tantas cosas aún quedan más rincones y edificios, de importancia cultural, que nacieron en diferentes momentos de la Historia y permanecen repartidos por Sigüenza, como el Museo Diocesano, La Iglesia de las Clarisas, Palacio Episcopal o Ermita del Humilladero entre otros…

Sigüenza es uno de esos lugares para ir sin prisa y/o volver varias veces, su carácter monumental no debería asustar aquellos no muy motivados por la Historia o el arte, simplemente pasear por un lugar así merece la pena, comer, disfrutar de su entorno, a escasos minutos del Parque Natural del Río Dulce. Por otro lado, para aquellos que gocen del arte y, sobre todo, de la Historia allí encontrarán un filón para impregnarse y disfrutar.
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