El desplazamiento hasta el Núcleo do Cazumbá es mucho más sencillo que hacia Chandless, navegando un par de horitas por río disfrutando del paisaje y contemplando a los habitantes de la zona cuando se cruzan. Además, en esta ocasión hizo sol y el paseo fue mucho más agradable.
Esta reserva extractivista fue creada a petición de los propios habitantes de la zona, pues la presión ganadera en los alrededores estaba haciendo peligrar su medio de vida tradicional, que después de la caída de la época cauchera, se transformó hacia la explotación de la castaña amazónica, y para su explotación es necesario que el bosque se mantenga frondoso. Gracias a esto, consiguieron frenar esta expansión de cambio de uso de suelo y conservar así un paisaje de aproximadamente 750.000 hectáreas.
Pudimos ver de primera mano cómo se extrae el caucho, que aunque ya no tiene el precio de mercado de antaño, cuando se hacen artesanías con él, se puede vender a unos valores bastante elevados. Lo bonito de la extracción es cómo está organizado para dejar al árbol recuperarse y la técnica de estradas (vías de acceso hacia los árboles) que permite que cada árbol descanse al menos tres días. Actualmente, una asociación de mujeres se dedica a hacer salvamanteles de caucho con formas de hojas de la Amazonía de colores. El artesano Gilberto Maia, se dedica a la fabricación de figuritas de caucho con motivos de la Amazonía, que son un verdadero arte, el cual esconde una gran técnica detrás.
En esta reserva la gente vive de lo que obtiene del bosque, y con ello consigue el capital suficiente para comprar aquellas cosas que no pueden extraer. Lo más importante de todo, es que la conservación de la naturaleza es el motor esencial de su medio de vida, pues sin unos bosques bien conservados no podrían obtener los productos que consumen y venden, como el açaí, la castaña, el caucho o el aceite de copaiba.
Ejemplo de las artesanías de hojas en caucho
Así son las estradas caucheras
La reina del camuflaje!
Un amigo capibara
De regalo, unas últimas fotos de Rio Branco, donde terminaba el viaje por Acre y esta zona de la Amazonía tan remota y bella. Hermosos lugares que siempre quedarán grabados en mi memoria.