Sihanoukville y Koh Rong

Por Zhra @AzaZtnB

Después de unos días en Phnom Penh necesitaba algo más que no fueran kut kuts, motos, gente pidiendo y además, puestos a pasar calor mejor en una playa, no? Así que busqué las mejores playas de Camboya y me apareció Koh Rong. Una isla que ha dejado de ser tan desierta como hace unos años y en la que el turismo es cada vez más invasivo, y fiestero, pero en la que todavía puedes disfrutar de la jungla, las playas paradisíacas y desiertas, internet intermitente y cortes de luz de 2 de la madrugada hasta las 11 cuando el ventilador de la habitación se vuelve a poner en marcha y te abrazas a él si todavía no has salido hacía la playa.

Sihanoukville
Sihanoukville a 25km de distancia es la población costera más cercana a la isla de Koh Rong. Para llegar a Sihanoukville puedes comprar un billete en cualquier sitio en Phnom Penh, incluido tu alojamiento, o ir directamente a la oficina. Hay varias compañías que te llevan, la más barata es Capital que te cuesta 5.5$/ida pero también hay otras como RMN por 7$ o minibuses desde $10 con wifi y todas las facilidades del mundo. En cualquier caso son unas 5 o 6 horas de bus dependiendo del tráfico, las vacas que se crucen por el camino, las veces que se estropee y cuantos paquetes tenga que pararse a recoger.

También hay autobuses nocturnos desde 8$. Si pasas la noche en Sihanoukville has de tener en cuenta que toda la zona costera es una fiesta continua con locales donde emborracharse al lado de la playa y que las playas del puerto no están especialmente limpias. He escuchado que si caminas fuera de todo eso las playas un poco más decentes pero yo no llegué.

Para que os hagáis una idea de cómo vi Sihanoukville, especialmente la zona de Serendipity beach: Cuando tenía 21 años decidimos organizar un viaje para las vacaciones y como ya tenía trabajo, quería ir a un sitio donde gastarme el dinero, así que fuimos a un hotel con vistas al mar, piscina y muy cerca de la playa en Mallorca. Lo reservamos, cogimos un avión y nos plantamos en nuestro hotel dispuestas a ser las más guiris de toda Mallorca, por la mañana íbamos a tostarnos a la playa, por la tarde a la piscina y creo recordar que hasta jugamos el bingo del hotel. Por la noche caminabas por la calle y te ofrecían panfletos de sus locales, dos por uno en bebidas y casi te empujaban dentro de las discotecas. Hasta que abrías la boca. Entonces se daban cuenta que eras española, o catalana o de cualquier sitio menos alemana e inglesa y te quitaban el panfleto de la mano y te daban la espalda. ¡Habíamos aterrizado en Magaluf! Recuerdo ir a pedir a la barra y no conseguir entenderme con el camarero porque él sólo hablaba inglés y yo no entendía la diferencia entre lemon y lemonade. No sé si las cosas habrán cambiado mucho en Magaluf pero si queréis vivir el otro lado la zona portuaria de Sihanoukville es exactamente eso, estás todo el rato atendido por occidentales que hablan un perfecto inglés pero ni una palabra de Khmer.

La fiesta en Serendipity beach dura hasta la madrugada y tienes multitud de locales para escoger, algunos llamados: Let’s be wasted (algo así como vamos a emborracharnos hasta caer en coma etílico). La zona centro es más tranquila y por un dólar puedes coger un tuktuk hasta el puerto.

Como yo no sabía todo esto cogí un alojamiento cerca del puerto para estar cerca del ferry que me llevaría a la isla y pasé dos noches en una casa de huéspedes encantadora, la habitación tenía una cama doble, una mesa, silla, televisión, baño propio sin agua caliente y un porche con un bonito e inmenso avispero.
Repito bonito e inmenso avispero que podéis ver en las fotos.

La primera noche no me fijé, pensé que era cemento o algún tipo de arena que habían dejado ahí sin terminar, disfruté del fresco en el porche, porque dentro de la habitación no llegaba el wifi y apoyé mis pies tranquilamente en la barandilla. A la mañana siguiente fue cuando me percaté de la cantidad de avispas que salían y entraban por los huecos de esa masa marrón y con un nudo en el cuello, un ataque de pánico interno y muy lentamente me alejé. Hay dos cosas que me producen pánico: las avispas, y como no sé diferenciarlas las abejas, y los bichos indeterminados que pueda haber en el mar cuando no veo el fondo. Aun así pasé otra noche en Sovannphoum Guesthouse aunque no volví hasta el anochecer cuando las avispas deberían estar dormidas.

Desde Sihanoukville puedes salir con el ferry directamente hacía Koh Rong, el rápido sale 3 veces al día a las 8, las 11 y las 15h y tarda 45 minutos. Para la vuelta hay dos o tres ferrys, a las 10 y las 16h y uno intermitente a las 12h. El billete de ida y vuelta son 15$. El billete lo venden en casi cualquier sitio pero la tienda oficial es la de Koh Rong dive center al lado de los leones dorados, única escultura que vi en Sihanoukville.

Koh Rong

Koh Rong es la segunda isla más grande de Camboya con 78km cuadrados, una isla que hasta hace unos años era desconocida para la mayoría de turistas y sólo últimamente parece verse atacada por ellos. Yo fui en ese punto cuando todavía conserva su encanto y puedes acceder a lugares remotos sin problemas pero ya puedes sentir que no va a durar mucho. Si queréis disfrutar de selvas tropicales y playas desiertas de aguas claras ir ahora.

Para no tener que preocuparme de buscar alojamiento en la isla cogí una habitación con booking.com en la Guesthouse Camboya por 12$, la casualidad hizo que no tuvieran wifi ni planearan tenerlo en breve y hablando con la gente encontré Ponleu Pich guesthouse que por 8$ la noche me ofrecía las mismas comodidades (cama doble, mosquitera, wifi) en una habitación un poco más grande a pie de playa, un balcón con vistas al puerto y unos ratoncitos encantadores que servían de comida los gatos de la casa. Aunque dudo que los ratoncitos, lagartijas, gatos y perros fueran exclusivos de ellos.

En realidad era una familia que tiene una casa de dos plantas, en la primera viven los dos niños, el chico que habla inglés y lleva el cotarro, la mujer que lleva la tienda y la cocina, las abuelas que se pasan el día ahí ayudando, el primo que también habla inglés y se sienta a venderte rutas en barco con el abuelo que no habla ni papa de inglés pero maneja la barca. La que limpia las habitaciones, cambia las sábanas y se compadece de inútiles que intentan coser un pantalón y se lo cosen en cuatro puntadas – que conste que no iba tan mal cosiendo, sólo un poco lenta – también parece tener parentesco con la familia aunque no conseguí determinarlo. En la segunda planta hay un balcón con vistas al puerto, dos baños sin agua caliente y 11 habitaciones que alquila a 7$ o 10$ según sea temporada alta o baja. Como yo me quedé entre temporada alta y baja llegamos al acuerdo de 8$ por noche por 5 noches. En la misma zona llegué a ver bungalows por más de 100$ símbolo del creciente turismo.

En la isla todos, absolutamente todos, se conocen y es que las casas de huéspedes, bungalows, restaurantes y casas de masajes se amontonan en los pocos kilómetros de playa junto al puerto. Incluida la ONG Friend of Koh Rong El resto de la isla sigue siendo jungla y playa pero hay bastantes cosas que hacer:

Para ir de un sitio a otro de la isla lo más fácil es alquilar un bote de los camboyanos que viven ahí y que te lleve a donde tú quieras.

Pero lo más fácil no es lo más interesante así que mi recomendación es que os calcéis unas bambas para ir por la selva, sigáis los puntos rojos y chanclas hacía el oeste que indican Long Beach, escaléis las piedras, saludéis a algún búfalo de agua despistado, apartéis las ramas de los árboles, saltéis por encima de las ramas caídas, descendáis por la ladera de la montaña con ayuda de una cuerda y, si no os perdéis, en algo menos de una hora y con la camiseta empapada como si os hubieseis metido en una piscina de agua hirviendo lleguéis a Long Beach donde hay dos señores en una cabaña. El primero os cocinará lo que tenga y os venderá agua, el segundo os ofrecerá llevaros de vuelta al puerto en su barca.

Preparada para la jungla!

Para bien o para mal en los bosques suelo ver caminos donde nadie más los ve y estaba tan preocupada por los cuatro tipos de serpientes venenosas que me olvidé de levantar la cabeza para seguir las señales así que, lógicamente, me perdí por la selva. Lo que tenían que ser 45 minutos se convirtieron en 2 horas de camino esquivando vegetación y saltando por encima de pequeños lagos hasta que finalmente me rendí, encendí el GPS, confirmé que me había perdido, volví sobre mis pasos hasta encontrar el camino, descendí las rocas que dan a la playa, le compré agua fría al señor de la cabaña intentando no bebérmela toda de golpe y me lancé al agua cristalina de la playa desierta ignorando al hombre que me decía algo de volver en barco.

Imaginar 10 kilómetros de playa sin gente, con arena blanca y aguas cristalinas y tendréis Long Beach. Por desgracia que no haya gente no significa que la poca que llegue ahí sea limpia así que el borde de la selva con la playa estaba lleno de residuos, botellas de plástico y cosas arrastradas por el mar. Me quedé hasta la puesta de sol, la última hora siendo atacada por bichos que ni el DEET conseguía apartar de mis piernas, y ya a oscuras volví en la barca del señor que amablemente había recolectado a todos las almas perdidas de la playa para devolvernos al puerto por 3$ cada uno.


Si en lugar de ir hacia el oeste vais hacia el este del puerto, pasáis los bungalows hay otra playa más accesible pero con aguas igualmente cristalinas y arena igual de blanca. Aquí no hace tanta falta que os calcéis bambas y con unas chanclas podéis hacer el camino que está marcado por los pies de las personas que lo han caminado antes que tu. Al llegar al final tendréis que cruzar por el agua con la bolsa en la cabeza pero como lleváis el bañador puesto no hay problema.

Pero si sois los reyes de la vagancia y no os importa estar un poco más rodeados de turistas que vienen a pasar el día, la playa del puerto también tiene aguas cristalinas, arena blanca y por la tarde podréis ver a algunas mujeres recoger la porquería que los turistas han dejado. De hecho tuve una pequeña discusión con un grupo que estaban bebiendo cerveza en el mar y mientras la mujer limpiando la playa estaba a pocos metros limpiando botellas uno de ellos lanzó la lata al agua como si fuera un vertedero municipal. Pero gente irrespetuosa hay en todos sitios, afortunadamente hay mucha más gente que no lo es.

Otra idea para los días en la isla es llamar a Gil, un chico que lleva 5 años viviendo en camboya y ofrece rutas por la isla de 4 o 6 horas volviendo en barca o de varios días si no quieres volver en barca. Como en la mayoría de sitios costeros también os podéis sacar una licencia para buceo en Koh Rong dive center

Pero si lo del ejercicio no os motiva en ninguna de sus variantes podéis acercaros a la I gigante de Información donde os explicaran que hay dos viajes organizados que salen de la isla, uno a las 12 y otro a las 14h, ambos hacen más o menos lo mismo por $15, pasas el día fuera en una barca, pescáis, te dan de comer Barbacoa, ves la puesta de sol en Long beach y si el tiempo lo permite te acercan a ver el plancton luminoso. Mi cariño por los barcos en aguas inquietas no llega al nivel de subirme a un barquito todo el día y como ya había estado en Long Beach pasé del tema. Por $10 una persona, el precio creo que era el mismo si iban dos, me ofrecieron bañarme a oscuras entre el plancton luminoso pero el tiempo decidió por mí y me conformé con dos pepitas brillantes como luciérnagas que llegaron a la orilla en plena noche. Esas dos simples pepitas gelatinosas y muy muy brillantes me fascinaron así que si vuelvo a tener la oportunidad creo que me lanzaré a ver el plancton luminoso en todo su esplendor aunque lo de bañarme a oscuras entre él no me acabe de convencer.

Si todavía buscáis más calma podéis ir a Koh Rong Samloem, una isla cercana, donde el alojamiento es más caro pero parece haber menos gente.

Por si no lo habéis pensado una isla de estas características implica que no tiene centro médico así que aunque hay puestos donde te venden lo más básico como aspirinas, vendas etc. Para cualquier emergencia tenéis que ir a la isla principal. Esto incluye al chico que vi con un hombro dislocado mientras un occidental enfermero se lo ponía en su sitio frente a la playa. ¡Tener cuidado! Y si queréis disfrutar de lugares desiertos y paradisiacos poneros las pilas antes que desaparezcan.