Durante el embarazo nos surgen un montón de preguntas, y entre ellas, sobre la alimentación del bebé. Elegir si le daremos pecho o nos decantaremos por darle leche de fórmula. Es una cuestión que nos viene incluso mientras decoramos con mimo la habitación de nuestro bebé e imaginamos dónde ubicar un lugar cómodo y agradable en el que disfrutar juntos de ese momento. Y entonces te surge otra pregunta: ¿necesito un sillón de lactancia?
Antes de responder a esta pregunta conviene hacer una puntualización. A la hora de decidir comprar un sillón de lactancia, no existe diferencia entre si optamos por dar de mamar a nuestro bebé o nos decantamos por el biberón. Lo único que tienes que tener en cuenta es que cuando nace un bebé, y sobre todo los primeros meses, te pasas muchas horas dándole el pecho o el biberón por lo que es indispensable tener un espacio en el que los dos estéis lo más cómodos posible, así disfrutaréis más de ese momento tan especial y te evitarás dolores de espalda.
Por tanto, la comodidad es uno de los principales aspectos por los que valorarás tener una butaca balancín de lactancia. Disponer de un sillón mullido y confortable con las medidas adecuadas es fundamental, por lo que deberás prestar atención a la altura y profundidad del asiento, así como a la altura de los brazos y el respaldo. De hecho, los apoyabrazos acolchados de este tipo de sillones son una característica distintiva que te va a encantar y que te permitirá decir adiós a los brazos dormidos a causa de sostener la cabeza del bebé. También para que estés más cómoda durante la alimentación de tu bebé puedes complementar tu butaca de lactancia con un práctico reposapiés a conjunto que te ayudará a reducir la presión en la espalda mientras mantienes los pies en alto. Además, los sillones de lactancia son buenos aliados en nuestra recuperación post-parto. De hecho, está especialmente recomendado para las mamás que han tenido un parto por cesárea, puesto que estos sillones ofrecen una posición óptima que nada tienes que ver con la posición en la que te sientas en un sofá. Existen varios estudios que aseguran que las madres que usaron una de estas mecedoras en los días siguientes a una cesárea caminaron antes y dejaron el hospital un día antes.
Sin embargo, una butaca de lactancia no solo nos hace más fácil la alimentación de nuestro bebé, sino también nos ayuda a calmarle y a que concilie el sueño gracias al suave balanceo del sillón. No es ningún secreto que el balanceo tiene efectos calmantes, y para tu bebé no es distinto. Las mecedoras ayudan a pequeños y grandes a relajarse y conciliar el sueño. El sillón balancín de lactancia es una buena muestra de ello y también un espacio ideal donde pasar tiempo con tu bebé. El balanceo de estos sillones promueve el vínculo entre padres e hijos e incluso hay investigadores que sugieren que este balanceo con el pequeño en brazos puede mejorar el desarrollo emocional, social, cognitivo y motor. Y aquí descubrimos que la butaca de lactancia no tiene por qué ser de uso exclusivo de la mamá, sino también los papás pueden disfrutar de este momento: dándoles el biberón o meciéndose para que se duerman.
"Y cuando mi bebé crezca, ¿qué hago con el sillón de lactancia?" La practicidad es otra cuestión que puedes plantearte a la hora de decidirte por la compra de un balancín de lactancia. Una pregunta totalmente normal que viene del error de asociar solo y exclusivamente este tipo de sillón a la lactancia. La característica que diferencia estos sillones de una butaca convencional es que los primeros incorporan un balancín para acompañar la alimentación con un suave balanceo, mientras que las butacas de toda la vida tienen patas fijas. Esto es algo con lo que podemos jugar con nuestro sillón de lactancia una vez terminado el periodo de lactancia, podemos quitar el balancín de la parte inferior y reemplazarlo fácilmente por un juego de patas fijas. Así en un momento dado, un sillón balancín que nos ha acompañado durante de la lactancia puede convertirse, por ejemplo, en nuestro sillón de lectura y encajar a la perfección con la decoración de nuestro salón-comedor.
Entonces, si dudamos en comprar un sillón mecedora de lactancia puede que nos ayude a tomar la decisión si pensamos en su uso a corto plazo o en un aprovechamiento más versátil durante un periodo más largo de tiempo. Hoy en día en el mercado hay infinidad de modelos de butacas de lactancia con diferentes acabados y telas personalizables. Si buscas encontrarás desde los diseños más tradicionales hasta los más modernos, lo importante es que no sacrifiques tu comodidad por la estética. Nuestro consejo es que, en la medida de lo posible, te decantes más por tejidos que sean fáciles de lavar y en colores neutros que luego sean más fáciles de combinar con otros muebles de tu hogar. Los colores pasteles suelen ser los más comunes, puesto que estas butacas en un principio se ubican dentro de la habitación de los más pequeños, pero no hay porqué rediseñar un espacio en función del mueble. En una sala colorida el mueble puede conseguir su propio espacio pequeño, con cojines o sábanas que combinen con lo que tiene alrededor.
En definitiva, los balancines de lactancia son mucho más de lo que aparentan. No solo nos pueden hacer la vida más cómoda y llevadera en la primera etapa de nuestros hijos, sino que nos pueden acompañar durante mucho más tiempo integrados en la decoración de nuestro hogar. Serán un sitio de relajación y cariños que deberemos escoger atendiendo a muchos factores como hemos visto, pero sobre todo con amor, mucho amor.