Simbología arquitectónica V

Publicado el 17 febrero 2017 por Monpalentina @FFroi

(1.5)  EL PAVIMENTO. 

Superada la pila, reparo en el pavimento. Unas veces cubierto de losas; otras por pequeñas lajas de piedra; más raramente de mosaicos; mayoritariamente, por humilde, tiene el suelo de tierra apisonada que se cubre con esteras. Y reparo en que mis pies están en contacto directo con el suelo como parte más impura del cuerpo (el pie desnudo del Pantocrátor refiere libertad de cualquier contingencia temporal).


En ocasiones, sobre el pavimento existe trazada, incrustada, tallada o dibujada la representación del Laberinto... . ¿ Permite o impide el acceso?. No todo el mundo puede entrar a determinados lugares. Sólo los “cualificados” podrán recorrerlo. Los otros, se verán impedidos de penetrar o se extraviarán. Es “selectivo”, pues representa la admisión o no a la prueba iniciática e incluso en determinados santuarios y para determinados grupos ( los masones), no es sólo acceso, sino que se erige en la prueba misma del ritual.
También es “peregrinación”, como cuando se trazan en las lajas del suelo de ciertos templos. Hacer el camino del laberinto de Chartres u otras catedrales, sobre todo si se hacía de rodillas, equivalía en la edad Media a hacer la peregrinación a Jerusalén. Aunque se recorría tan solo una distancia de doscientos sesenta metros, este camino duraba una hora si se hacía de rodillas, el tiempo que se tardaba en recorrer a pie una legua, o cuatro kilómetros y medio.
Como “medio de protección táctica y/o ritual”, pues no sólo se utilizará para confundir la entrada a los enemigos humanos, sino contra los influjos psíquicos hostiles en las marchas laberínticas o danzas rituales apotropaicas...
No sólo en Creta sino en la India y Egipto se ha dado el espacio mitológico y simbólico que conocemos como el Laberinto. Herodoto visitó un laberinto, allá por el siglo V a.C, en Egipto, que siglos más tarde describiría Plinio en su Historia Natural. Los laberintos sagrados solían tener un solo camino que lleva a un viaje al interior a través de sus meandros. Son los llamados unicursales, frente a los multicursales, que presentan diversas opciones al caminante, aunque una sola lleva a la solución. También se han encontrados laberintos en los mosaicos de los suelos romanos. En el cristianismo abundan los laberintos pintados en los suelos de las iglesias. El más antiguo conocido es el de la basílica de San Reparado en Orleansville, en Argelia, del siglo IV. En el suelo de la catedral de Chartres hay un laberinto de un solo camino de doce metros de diámetro. Estaba formado por doce anillos concéntricos en los que discurría el camino formando meandros hasta llegar al centro que formaba un rosetón. Otros laberintos se encontraban en los suelos de las catedrales de Amiens, Arras, Auxerre, Bayeaux, Poitiers, Reims y Sens. Pero la mayoría fue suprimida durante el siglo XVIII. El de Chartres lo fue en 1825. Laberintos se encuentran en Italia en Santamaría di Trastavera en Roma en la catedral de Lucca. Los hopos de Norteamérica tenían el laberinto de los siete caminos que se relacionaba con la diosa madre.

Otro tipo de laberintos son los que llevan a callejones sin salida. En la mitología griega, Dédalo arquitecto e inventor construyó el de Creta donde se encerró al minotauro. La lucha contra el minotauro que habita en el Laberinto, se interpreta como la lucha contra el mal en el camino de la vida. Ariadna le entregó el hilo mágico a Dédalo para que pudiera guiarse en el intrincado camino. En la iglesia de San Vitale en Rábena, existe un laberinto multicursal. Se le relaciona con el enigma de la vida, ya que hay que acertar el camino correcto en cada elección.
¿Qué es si no Camino que obliga al hombre a moverse?. Lo que lo arranca de su estatismo. Símbolo de Iniciación. No hay pueblo que no lo haya tenido. Lo tuvo Grecia, Egipto y, también los celtas. Es necesario recorrerlo para renovarse por dentro. Lo importante no es llegar, sino hacerlo; estar en él, vencer las pruebas, decidir en cada encrucijada. Hay que arriesgarse como los antiguos cristianos que sobreviven en ese momento histórico de tinieblas y catacumbas. Hay que atreverse a caminar hacia el Occidente, a lo desconocido, a donde cae el Sol, a donde está la Muerte y lo Desconocido. Allí donde cada cual pierde su nombre de ilusión para reencontrarse con su verdadero ser; donde los Iniciados perdían la vida para ganar Vida... ansiosos del retorno a su patria celeste.

Sección para "Curiosón" del grupo "Salud y Románico".