El mundo después de la guerra fría parece no terminar del todo. Mientras el libre mercado extiende sus influencias por los países más poderosos del mundo, la ahora Federación Rusa y los EEUU siguen teniendo una relación tensa. Quién lo diría ¿Si el libre mercado triunfa en ambos países, ya no hay razón para la confrontación cultural? Sabemos que la realidad no es tan sencilla y trataremos de arrojar un poco de luz al respecto.
Tal vez no seamos del todo conscientes de aquello que tenemos delante de las narices, y muchos tienden a vivir hoy en día más que nunca encerrados dentro de sus propias concepciones ideológicas. Hablo de conservadurismo, mezclado además con el liberalismo económico y de los nuevos tipos, muy recientes del mismo que se dan hoy en día, que en el fondo tienen una misma raíz: la patria, la religión, las tradiciones… y que hoy pueden llegar a dominar las políticas de dos de los países más poderosos, y sobre todo, mejor armados del mundo. Siendo esta raíz común conservadora de una naturaleza pre-ilustrada parece que hay que interesarse en ella, y tratar de entender que puede suponer para el futuro y algunas causas que lo alimentan.
Antes de analizar visión de la sociedad dentro del liberalismo conservador, tiene mucho que ver con la concepción del ser humano. Ya Burke, considerado el creador del liberalismo conservador, apunta a que el individuo no es un ente aislado de las condiciones que le rodean, sino que está absolutamente condicionado por las circunstancias en las que se encuentra, de tal modo, que las acciones no las acomete como individuo, sino como cristiano, como “español, alemán o francés”… Por tanto cabe esperar que la visión de la sociedad no sea la misma que en los demás tipos de liberalismo. En el liberalismo conservador, creo que es muy importante señalar la idea de comunidad, de grupo de individuos con el deber de permanecer unidos y con una serie de valores comunes que, en caso de perderse, convertirían a la persona un animal, puesto que no tiene nada que lo ate con el ser humano. Por otra parte, también es importante destacar que el liberalismo conservador aboga fuertemente por la idea de comunidad, y de fortalecimiento de la misma. Por lo tanto no se limita a entender el funcionamiento de la sociedad, sino que apuesta por un modelo determinado.
La historia es de sobras conocida. Tras la desaparición de los primeros fascismos en Europa, aparecen dos superpotencias, cada una de ellas tratando de crear dentro de sí una imagen fuerte de comunidad, de fuerza, unas veces a través de la religión, otras a través de la creencia en el ideal comunista, todo a través de una serie de ritos comunes, con el objetivo del fortalecimiento de la comunidad. Aunque todo esto ya va sonando, hay que poner un gran pero: en el caso de la unión soviética definitivamente no puede decirse que estas ideas, en aquel momento (hablo del periodo Stalin-Breznhev) tuvieran ni una gota de liberalismo. Más bien pudiera decirse a burdas pinceladas, que se trataba de una suerte de nacionalismo, con mucho que ver con la ideología comunista, en una situación de enfrentamiento con el capitalismo americano. Sin embargo, precisamente en el caso de EEUU, los republicanos sí que eran claramente liberal-conservadores (Especialmente en el caso de Reagan y Bush) y compartían muchas (no todas) de las visiones del liberalismo conservador sobre distintos aspectos, entre ellos, la sociedad.
Ahora, analizaremos por separado los dos tipos de conservadurismos que se desarrollan en un contexto de economía y (¿valores?) liberales, en Rusia y EEUU. En el caso de EEUU podremos hacer una mayor perspectiva histórica, recorriendo los distintos tipos de conservadurismos recogidos por Peter Berkowitz de la Stanford University. Con Rusia, me centraré sobre todo en la era Putin, comparando el conservadurismo ruso con el liberalismo conservador americano. Finalmente, haré una conclusión personal.
En Estados Unidos existen principalmente tres tipos de conservadores liberales, que forman un grupo muy heterogéneo con ideas a veces encontradas, y en muchos casos, con polémica respecto a los valores concretos que cada uno defiende. Sin embargo, se suelen apoyar mutuamente, pues tienen enemigos comunes, y además todos se centran, más que en la crítica o el ataque a unas ideas, en la defensa de valores, y de una sociedad. Quizás los más cercanos a una idea pura de liberalismo conservador, entendido a la visión más cercana al siglo XIX sean los “classical conservatives” que paradójicamente nacen tras la segunda guerra mundial, como una reacción a las “licencias” que se está tomando el liberalismo, y como un movimiento que pretende limitar la libertad sexual, y ensalzar las ideas de comunidad y religión, a la par que sustentan el liberalismo como sistema económico y social. Resulta interesante que estos conservadores nazcan después de la guerra mundial, época que coincide con la caza de brujas de McCarthy (personaje al que este tipo de liberales patrocinan), y una particular vehemencia en la persecución de las izquierdas y en la oposición a la sociedad soviética, más aun cuando (lo veremos) el conservadurismo ruso de Putin nace tras la guerra fría, también con un enemigo como es el West con unos valores determinados, opuestos.
Con respecto a los libertarios o neoliberales simplemente apuntaré a que su acercamiento conservador de la sociedad de individuos libres, no choca en tanto con otros conservadurismos (tal vez algo con la idea de comunidad) sino mas bien con las izquierdas progresistas o nacionalistas, y como mucho, con aquellos opuestos a la globalización, especialmente con las consecuencias de desigualdad (a corto plazo) que ésta ha traído, defendiendo una idea de sociedad de méritos que inevitablemente crea un orden social que pone por encima moralmente a aquellos individuos con más poder económico, con la idea subyacente de que ellos son más aptos. Esto puede denominarse conservador, pues siempre los conservadores han defendido los privilegios y valores de la clase superior, pero realmente en la comparación con Rusia no nos es tan relevante.
Por último, los “neoconservatives”, creo que son la clave para entender al conservadurismo americano hoy en día, y su relación con la política internacional. Los neoconservadores son una renovación más agresiva de los conservadores clásicos en EEUU, defienden políticas conservadoras, que buscan llevar a cabo en el contexto de una democracia moderna, en un mundo globalizado. Tienen un innegable militarismo a sus espaldas, promoviendo la intervención americana para promover la democracia occidental a países extranjeros, como en los casos de Irak o Serbia. Es muy importante decir que para los neoconservadores, el interés nacional y el imperativo moral coinciden. Defienden una idea de sociedad también conservadora, y no muestran simpatía tampoco por los colectivos y prácticas que criticaban los conservadores clásicos. Sin embargo, muestran más interés en la promoción de la democracia liberal y otros conceptos más generales, que en esas ideas. Este conservadurismo también, tiende su mano a los neoliberales en su lucha contra las izquierdas, siendo especialmente torpedeada la nueva izquierda. ¿Por qué sostengo que esta forma tan joven de liberalismo conservador es esencial para entender la política y los paralelismos entre EEUU y Rusia? En primer lugar, porque es un conservadurismo conciliador entre libertarios y clásicos, con lo que cuentan con más fuerza, en segundo lugar, porque es una ideología con un cierto toque populista (en el apoyo a intervenciones extranjeras, por ejemplo) lo cual hace también pensar en la Rusia de la que hablaremos a continuación y en tercer lugar por el gran rasgo común (además de su rasgo definitorio) que une a esta ideología con el conservadurismo ruso.Como dice Jacob Heilbrunn: El imperativo moral que corresponde con el interés de los Estados Unidos.
En Rusia, la escena es bien distinta. No existen ramas tradicionales en el conservadurismo, e incluso difícilmente se puede decir que la ideología hoy presente en Rusia pueda calificarse de liberalismo conservador bien desarrollado, y arraigado en la tradición británica. Sin embargo, como dice el reconocido periodista Melik Kaylan (experto en Rusia actual) “si hay un ism hoy en dia en Rusia, es conservatism” que se desarrolla desde un anti-americanismo, hacia una ideología mas vendible y exitosa ante la opinión pública. El conservadurismo de Putin alaba la familia, la nación, y la tradición cristiana. Esto irreversiblemente nos suena al classic conservatism americano, porque además, al igual que los conservadores clásicos, Putin ha sido promotor de la homofobia (dentro de su propio país), y eso, inevitablemente tiene el sello de incluir dentro de las políticas públicas asuntos de interés privado sexual.
No podemos negar, por otra parte, que esa defensa de valores que Putin llama “occidentales” y que relaciona con el exceso y las licencias del capitalismo, tiene un matiz que podríamos comparar lejanamente con la critica a esas mismas “licencias” que según los classic conservatives se estaba tomando la sociedad americana de posguerra.
Por otra parte, Iván Kranstev, politólogo búlgaro menciona en American Interest una realidad, y es que el conservadurismo ruso y su postura geopolítica hacia occidente, es una posición en contra del mercado libre y globalizado. Esto, desde el punto de vista del análisis de las ideologías me supone una disyuntiva, y además choca precisamente contra las contradicciones de la propia visión de la sociedad dentro del liberalismo conservador ¿Hasta dónde el liberalismo conservador apoya el libre intercambio de bienes y servicios por parte de los individuos, y el desarrollo del individuo y de la empresa dentro de un mundo global, y hasta donde es más defensor de las peculiaridades y la tradición de la región desde la que se mira? ¿Qué se debe poner antes para un liberal conservador, la defensa de la “cultura propia” sin la cual “no somos seres humanos” o la libertad del individuo y la empresa? Considero este un argumento válido tanto para desmentir como para afirmar que Putin tiene signos de liberal-conservador, pero he considerado oportuno plantear las preguntas que me ha suscitado. Siguiendo con las características liberales dentro de la Rusia de Putin, es importante señalar que en el ámbito económico (también señalado por Ivan Kranstev) Putin no controla ni el precio del petróleo y del gas, ni tiene asegurada la lealtad de los ricos y poderosos. Pese a que Rusia es un país en condiciones especiales, por su pasado soviético, y su pasado también de salvaje transición al libre mercado, considero que el sistema económico es determinante y proyector de muchos otros aspectos ideológicos (como la visión del individuo o de la sociedad), y este rasgo dentro de la Rusia de Putin es característico de la economía liberal en todo el mundo.
Lo anteriormente dicho, viene a subrayarse (malamente) con la tibia defensa de la democracia, que Putin manifiesta en algunos de sus discursos. Mucho menos incierto resulta el hecho de que de forma muy clara, el principal rasgo de los neoconservadores americanos, y su ramalazo militarista concuerdan a la perfección con la concepción de Putin: efectivamente, para el gobierno la Rusia actual, al igual que para los neoconservadores americanos, interés nacional y deber moral también están unidos, y además los medios militares son justificables en situaciones en las que ese “deber moral” (americano o ruso) deba cumplirse. Esto se ha concretado en Ucrania, en Georgia, y en Crimea en los últimos años.
Para finalizar, toca establecer una conclusión: ¿Por qué existen rasgos liberal-conservadores tan fuertes en ambos países? ¿Y qué queda de la verdadera esencia de ésta ideología y en especial de su visión de la sociedad? Para la primera pregunta, tal vez tengan que ver factores históricos, relacionados con el orgullo nacional, y la cohesión “conservadora” que (exceptuando la oposición a la guerra de Vietnam, y la perestroika) reinó en ambos territorios durante la Guerra Fría, o tal vez, como dice de nuevo Iván Kranstev en American Interest, se trate de un gran conflicto cultural entre ambos, que alimenta el fuego de sus respectivos conservadurismos. Personalmente discrepo con esta hipótesis, porque vivimos en un mundo globalizado, en el que incluso los conservadores americanos y rusos conviven con culturas mucho más dispares, sin existencia de conflicto, y porque no considero que las culturas rusa y americana sean muy distintas a grandes rasgos. Creo que estas similitudes en la actitud conservadora corresponden a factores económicos y geopolíticos y de política interna de cada país, demasiado extensos para desarrollarlos ahora.
Por otra parte, creo que queda alguna parte importante de la visión de la sociedad en el liberalismo conservador dentro de las sociedades rusa y americana. No creo que sea casualidad, que un 75% (aproximadamente) de los rusos apoyen a Putin y su visión de la sociedad rusa como una sociedad “peculiar” que es necesario defender como una comunidad unida. Ese 75% precisamente, habla de unión. No creo que sea casualidad, que en 2011 ¡Un gobierno demócrata! Cazara, con medios militares, y al más puro estilo neoconservador a Osama Bin Laden. Se puede estar más o menos de acuerdo, pero de nuevo, otro ejemplo: el imperativo moral, y el interés nacional, juntos, y hechos realidad por la mano del ejército americano.
Creo que para entender el juego internacional en el mundo al que nos dirigimos, tenemos que entender las ideologías que mueven ejércitos y poblaciones dentro de los países más importantes, tratar de tener una visión crítica, pero abierta, desprejuiciada y sobre todo constructiva para afrontar los retos del mundo futuro, y en eso, el análisis ideológico juega un papel muy crucial.