Periódicamente tengo que afrontar una reestructuración de responsabilidades debido al exceso de tiempo y energía que requieren nuevas actividades en mi rutina. Parece mentira pero sigo cayendo en esta trampa. Antes de incorporar nuevos proyectos debería cerrar o desestimar alguno de los que tengo en cartera para crear el espacio necesario.
A pesar de realizar el ejercicio con el detenimiento y cuidado necesarios , cuantificando cada una de mis actividades por el tiempo dedicado y ponderándola en relación a la importancia de los objetivos perseguidos , sigue sin ser suficiente. Después de algunas semanas saltan las alarmas y se impone una toma de decisiones expeditiva .
Simplificar es uno de los procesos más complejos de la autogestión . Debes conocer a la perfección tu actividad para saber de que prescindir, desde el control del día a día hasta las metas que persigues. Lo que no te acerca a tus objetivos es prescindible , fácil de decir pero duro de implementar.
Muchas veces no se trata sólo de cuantificación. Se mezclan sentimientos y emociones que nos atan a actividades que han representado algo más que un proyecto, por la gran cantidad de tiempo y esfuerzo invertido, por los obstáculos superados o porque te satisface. Sea lo que sea nos cuesta dejarlo atrás, intentas reducir la dedicación para mantenerlo vivo pero sólo consigues reducir la calidad condenándolo a una muerte agónica.
Cuando miro todo lo que tengo alrededor me pregunto si cada foco de atención me acerca a mis objetivos o si mejora significativamente mi vida. Caen las pequeñas actividades que me mantienen ocupado y produciendo en los momentos más bajos de la . ¿No sería mejor dedicarme a descansar , leer o simplemente no hacer nada?
El siguiente escalón son las obligaciones de cierta importancia en cuanto a tiempo y energía robada. Cancelo colaboraciones blogs que han sido importantes para mí. Termino llegando a la conclusión de que es mejor hacer cosas que hablar sobre hacer cosas , no crees? He cerrado mi participación en blogs como Facilethings y la serie de posts sobre Evernote escrita en Yoriento .
Me he planteado seriamente la continuidad de este blog, dejar de escribir sobre productividad y crear un repositorio donde consultar todo el material creado hasta ahora. Ha caído la calidad en el contenido y la forma , algo que va en contra de los valores del proyecto. De momento continúo pero pronto habrá cambios.
Para obtener una imagen global de toda tu actividad puedes crear un panel de control que describa todos los niveles de perspectiva ( basados en el método GTD ) en forma de árbol. Otros recursos al alcance de todos son los mapas mentales y los vision board. Los primeros son una forma gráfica de externalizar y organizar ideas, el segundo es una forma de representar tus aspiraciones futuras , para contrastar tu actividad actual con lo que persigues.
Crear un mosaico gráfico de la actividad es una forma menos dramática y más fluida que intentar hacerlo por escrito.
Leo Babauta comentaba en su blog hace unas semanas lo difícil simplificar tu actividad, el hecho de decir no a algo en que te has implicado no es sólo una decisión racional, toca el yo emocional y esto aumenta la resistencia al cambio. Se nos nubla la razón y buscamos cualquier soporte donde cogernos , cualquier excusa para mantener cargas innecesarias . Dejarlo atrás significa aumentar la capacidad de foco en el que queda , dar una mayor entidad a los proyectos activos .
Debemos mantener un respeto por nuestro trabajo y nosotros mismos , crear las condiciones para dar lo mejor y afrontar procesos para mejorar la calidad del trabajo – también de las relaciones – es una forma de demostrarlo, por muy duro que sea.
Imagen vía Chris Blakeley bajo licencia Creative Commons