Sin auténtica libertad de expresiòn que no se alcanza sólo con su posibilidad sino que exige su real materialización, todo esto de la democracia sólo es un puñetera mierda

Publicado el 04 enero 2012 por Romanas
Acabo de colgar en el blog de bemsalgado BEM INVITADOS el siguiente comentario a su texto de hoy sobre la petición voluntaria de concurso de acreedores realizada por el diario Pùblico, y con objeto de intentar la mayor difusión del mismo lo colgamos también aquí, tal cual se ha hecho allí:
Hace tiempo que vengo por aquí reflexionando en voz alta sobre el dudoso porvenir de la prensa de izquierdas.Y el camino de mis reflexiones me condujo inexorablemente a las más tristes de las conclusiones:1º) traté de demostrar que, sin una prensa libre, no puede haber auténtica libertad política porque en una democracia, aunque sólo sea formal como es la nuestra, la adjudicación nominal del poder se concreta sólo cada 4 años en unas elecciones en las que la gente acude a votar sin más guía que lo que le han dicho los medios;2º) estas reflexiones me llevaron a afirmar, sin ninguna clase de duda, que la prensa, pese a quien pese, no es el 4º poder sino precisamente el 1º, porque ya no es que nadie pueda ganar unas elecciones generales con toda  la prensa en contra sino que es la prensa, en su conjunto global, la que gana dichos comicios; al respecto, podríamos citar, pero no lo hacemos el hecho rigurosamente histórico de cuando PJ, Ansón, Sebastián, Cela “et alteri”, toda aquella gentuza que fueron denominados “el sindicato del crimen”, se cargaron, e hicieron ostentación clamorosa de ello, toda posibilidad de que González volviera a ganar las elecciones, tal como venía haciendo ininterrumpidamente;3º) pero también se nos han extenuado los dedos de tanto escribir que para publicar un periódico, lanzar al aire una emisora de radio o de televisión, se necesitan miles de millones de cualquier moneda, si se quiere hacer con ciertas garantías entre otras las de continuidad e independencia, por lo que todos los medios de comunicación con tan contadas excepciones que pueden contarse con los dedos de una manos y sobran mucho dedos, están en poder no ya de la derecha sino de la ultraderecha,veanse, si no, los casos del tal Murdoch, el jefe de Aznar, a escala internacional, o los de Lara y el conde de Godó, el tal Ariza y, como no, el más notorio de todos el de PJ, detrás del que no se sabe muy bien si el que está es el propio Berlusconi,  que presume incluso de que es él, precisamente, el que hace y deshace los gobiernos de España;4º) en cuanto a Pùblico, ¿qué podemos decir si no otra cosa de que se trataba de un verdadero milagro por todo lo que acabamos de exponer? Ha habido quien ha dicho que, en su origen, se hallaba el propio Zp, que había hecho todo lo posible para su nacimiento, motivado por un proyecto que le presentó alguien de su propio gabinete.“Si non e vero e ben trovato”, si no es verdad, debería de serlo, diría yo en una traducción demasiado libre del italiano, porque con la supresión de los medios de comunicación oficiales, a instancias y bajo la presión de los medios privados, lo que se hizo, lo que se está haciendo y lo que se hará es dejar completamente indefensa a una sociedad que ya no tendrá otros medios de llegar a la información que no sea a través de los que poseen los que realmente no es que ahora sean precisamente sus verdugos sino que siempre harán todo lo posible para seguir siéndolo.De modo que yo, ahora, sin miedo a nada, me atrevo a hacer una afirmación apocaliptica: esta sociedad actual, sin unos medios de comunicación que puedan mantenerse fuera de las garras de esos capitalistas que poseen la exclusiva real de permitirse instituir unos medios de comunicación privadísimos, no tiene nada que hacer si es que realmente pretende ser democrática. O sea que o instituimos unos medios de comunicación, una prensa oficial, que pueda mantenerse independiente de los gobiernos y partidos ocasionales, o continuar hablando y escribiendo impunemente de una democracia real es el mayor, y peor, insulto que puede hacérsenos a todos cuanto vivimos en este mundo en este preciso y criminal momento.