Quien haya visto la primera cinta de Sin City notará inmediatamente que un pezón es lo de menos en una película donde se arrancan ojos, se explotan testículos, hay decapitaciones, y los hombres y mujeres se desnudan para hacer el amor o no hacerlo. Y dicho sea de paso, hasta que no ví la nota de la censura, no me había percatado del bendito pezón.
Menos elegante y más ridículo resultó siendo la oficina de Promperú y MarcaPerú con el Humorista Gráfico Álvaro Portales, quien al parecer desconocen que en este país hay libre expresión y que intervenir o comentar humorísticamente un marca no es un delito. Lo que si es un acto delincuencial es la censura contra la libertad de expresión y mas si se trata de ejercer desde una institución estatal.
Por supuesto cuando se da a conocer el caso, Promperu saco un comunicado retrocediendo en la absurda pretensión de que el humorista "cambiara sus imágenes" , finalmente el resultado de toda acción de CENSURA en nuestros días es totalmente contraria a los intereses de los censuradores,pues ya sea un pezón o un chiste gráfico terminan expuestos y promocionados al infinitum (y más allá) junto a la exposición y vergüenza del censurador.