Pero ¿qué hay de la izquierda? ¿Tiene cada cual su parte de responsabilidad? En primer lugar, nunca termina de saber utilizar lo público de una manera diferente a lo que marca el funcionamiento heredado del Estado. En segundo lugar, nunca sabe librarse de los cortesanos que pudren el cesto vestidos de rojo, que terminan por debilitar la mística, haciendo que los generosos se vean como pendejos. Y en tercer lugar, pero no lo menos importante, lo que aquí y ahora nos convoca: NO ES CAPAZ DE SOSTENER SUS PROPIOS REFERENTES DE IZQUIERDA. Y si no está dispuesta a sufragar sus medios, sus editoriales, su cine, su poesía ¿lo va a hacer la derecha, los banqueros, el FMI o el BCE?
Como dijo Tucídides: “descansad o sed libres”. Hoy, en cualquier caso, como siempre que se pierde un referente de la izquierda en los medios de comunicación, somos un poco menos libres. España sigue teniendo un tufo franquista escondido en sus ropajes de nuevo rico. Un país que se dice de izquierdas pero deja campar a sus anchas a la derecha.
De ahí la grandeza del 15-M. Sólo en ese impulso parece estar la dinamita que derrumbe el viejo edificio nacional-católico, indolente, servil, obsequioso con el poder y arrogante con el débil. Hoy somos un poco más pobres. Un buen día para una pregunta ¿y tú qué hiciste para evitarlo?
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