Sin crítica no hay libertad

Publicado el 05 diciembre 2013 por Monpalentina @FFroi

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En la llamada “vida pública” aprendemos a forjar el analfabetismo educativo. Hay algo peor que la corrupción, y es la ignorancia autosatisfecha. Si es siniestro que los aprendices de ciudadanos —los jóvenes estudiantes— comprueben que las responsabilidades supuestamente ejemplares han recaído en individuos reprobables, aún es más destructiva la generalizada exhibición de incultura que se realiza en todos los ámbitos. Poca confianza puede generar, desde luego, que un presidente del Tribunal Supremo sea acusado de corrupción, que un exdirector del Fondo Monetario Internacional sea imputado o que un expresidente de la Confederación de Empresarios sea encarcelado, por citar solo los casos más recientes de una cadena interminable, pero, ¿qué decir del desprestigio de la cultura en los tres poderes que sostienen, o deberían sostener, la arquitectura democrática?
Rafael Argullol Narrador, Poeta y Ensayista
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