Sin cultura no hay desarrollo

Publicado el 28 diciembre 2012 por Desequilibros
La Contitución española de 1978, la actualmente vigente, dice textualmente en su artículo 44:
Acceso a la cultura:
1. Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho.
2. Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general.

Biblioteca de Holland House, Londres, después del bombardeo de 1940.


Sin cultura no hay desarrollo. "Cultura" tiene que ser un concepto amplio que incluya la educación, la investigación científica y el conocimiento.
Y "desarrollo" no es una noción puramente economicista, que se centre en le aumento de PIB.
Si realmente queremos desarrollo hay que pensar a medio y largo plazo, en el que el desarrollo del conocimiento y la cultura sean el motor para conducir el cambio.
La cultura y la innovación generan progreso y desarrollo. La cultura, en una palabra, debe volver al centro del gobierno. Del gobierno en su conjunto, y no de un solo ministerio que, por lo general, es la Cenicienta.
Los que hablan de crecimiento sin investigación, sin cultura, sin innovación, proponen un futuro de consumidores desempleados.
La acción de gobierno debe arraigar en todos los niveles de la educación, desde la primaria hasta la universidad, el estudio del arte y la historia.
Esto no significa renunciar a la cultura científica, que de hecho se debe aumentar y debe ser considerada, en virtud de su esencial anti-dogmatismo, como un vehículo de transmisión de los valores fundamentales que contribuyen a la formación de ciudadanos y consumidores críticos y abiertos.
La dicotomía entre cultura humanística y científica ha demostrado ser infundada: los niños que fomentan su creativad artística son los también los mejor dotados para la ciencia.
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Hace unos meses, el diario italiano Il Sole 24 ore publicó un manifiesto titulado Niente Cultura, niente sviluppo.
En él reivindicaba el papel de la cultura, en su más amplio significado, como motor de desarrollo social y económico del país. Y reivindicaba la vuelta de la Cultura al centro del gobierno, y no solo de manos de un Ministerio minoritario.
De él está sacadas estas reflexiones que son claramente extrapolables a la realidad española.
También la imagen es la que ilustra el artículo citado y que me mandó la matemática, docente e invetigadora -y amiga- Ana Millán Gasca.