Entretenida película de intriga, dirigida por el español Jaume Collet-Serra, que fue presentada en el Festival de Berlín de este año, aunque fuera de competición, y que ha sido bastante sacudida por la crítica periodística, debido a las inverisimilitudes que un guión no completamente pulido produce en un tipo de producción que depende en buena parte de su solidez...
Pero eso no la convierte necesariamente en una película mala. Recibimientos más comprensivos y paternales han recibido películas con un guión inexistente, repletos de efectos especiales, y respaldados por poderosas compañías cinematográficas que esperan que todo el mundo diga lo buena que es su enésima entrega del mismo espectáculo inarticulado de siempre. Y por eso creo que es un película que merece la pena ir a ver. Tenemos tres excelentes actores: Liam Neeson, bastante correcto en su papel, Diane Kruger, que, anecdóticamente, interpreta a una ilegal en Alemania, y el siempre genial Bruno Ganz, con un personaje extraordinario, muy original, del que cualquier espectador no puede por menos que enamorarse. También aparece, muy brevemente, Frank Langella, que, con apenas un par de escenas, se mete en el bolsillo al espectador. Lástima que su personaje no diera para más.
Neeson interpreta al doctor Martin Harris, que acude con su esposa a Berlín a una conferencia. Sin embargo, tiene un accidente, y, al despertar descubre que otro hombre le ha suplantado, ¡y que su mujer no le reconoce!. Acompañado de la taxista con la que tuvo el accidente (Diane Kruger), comienza un recorrido por una ciudad que le es completamente desconocida, en busca de una identidad que podría no ser la suya.
Partiendo de esa premisa inicial, veremos al dr. Martin Harris deambulando de un lado a otro por todo Berlín, que se convierte de esta manera también en parte muy estrecha también de la película. A lo largo de su búsqueda irá recomponiendo el rompecabezas que constituye su identidad, un rompecabezas que quizás se ha revelado demasiado complicado para engañar al espectador más avispado, pero en el que se notan buenas intenciones, un trabajo duro, y la búsqueda de una trama compleja, todo ello tan escaso en los estrenos que rodean a esta película en las carteleras.
Por cierto, que los espectadores más aficionados al cine negro no podrán por menos que ir notando ciertos dejà-vu a lo largo de la película, porque en muchos aspectos, giros argumentales y situaciones recuerdan a grandes clásicos del cine negro, como por ejemploTravesía Peligrosa, de Joseph M. Newman. No voy a citar en qué, pero decir que, Sin Identidad, en ese aspecto, bebe de varias películas de culto del cine negro.
El planteamiento es bueno, y se mantiene con soltura al principio de la película, para luego ir decayendo un tanto, a partir de la mitad de la misma, al ir surgiendo alguna que otra incoherencia. Sin embargo, el espectador no se aburre nunca, y, si disculpa esos fallos de guión o los ignora, puede ver una película bastante entretenida, que le va a mantener pegado a la pantalla de principio a fin, disfrutando de "una de espías", en una localización tan apropiada como es Berlín, cuna de la guerra fría cinematográfica.
Que aproveche
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