Hoy es el día del libro y si tienes la suerte de vivir en Cataluña, tener novia y que además siga la tradición de regalar un libro (no se quede sólo en la parte de recibir una rosa), ya tendrás en tus manos el ejemplar que querías. Sino, quizás te has animado a comprarlo por tu cuenta. Pero en cualquier caso, estoy seguro de que tienes muchas ganas de leer tu última adquisición. Así que hoy mejor te dejo una breve reflexión, una ginquestion.
Hace tiempo vimos que nunca sopla el viento a favor para el que no sabe dónde va. Sin destino, no importa el viento, nunca llegarás a ninguna parte. Pero ayer mi amigo Asier me hizo otra reflexión muy interesante:
Cualquier viento es bueno para el que no tiene puerto.
Hay veces en la vida que realmente no sabes para dónde ir. Lo que dabas por sentado se ha esfumado, te quedas sin trabajo, sin pareja, sin papel higiénico… Bueno, olvida este último. De pronto no tienes dónde asentarte, te has quedado sin puerto. Siempre está el típico amigo o familiar que te dirá: te tenías que haber buscado algo antes, move before you have to. Es muy fácil apostar después del partido pero la verdad es que eso no te sirve de nada. La cuestión es que estás flotando a unas millas de la costa sin sitio dónde pasar la noche. Y en esos momentos en que vas a la deriva, sin rumbo fijo ni mucho ánimo para fijarlo, quizás es un buen momento para aprovechar el viento que sople porque, aunque no sabes dónde te llevará, por lo menos te servirá para alejarte de donde no hay nada, alejarte del puerto destruido. Ese viento te dará la energía para seguir moviéndote y cuando lleves un rato en marcha, empezarás a pensar en qué puerto hacer escala y tu vida volverá a tener un objetivo.
Así que para este Sant Jordi la ginquestion es: ¿tienes puerto? Si no lo tienes, ¿a qué esperas para ponerte en marcha? Chúpate un dedo, álzalo y mira de dónde sopla el viento pues ha llegado el momento de buscar un nuevo puerto.