La rosadita, los bolsos de López y las monjitas que son, que no lo son, las cajas de seguridad de Florencia, el cerrajero que se asombra y opina: Mirá todo la plata que tiene esta mina con tanta pobreza que hay en la calle" son situaciones que el periodismo televisivo se empeña en calificar como “Fellinesco”, absurdo, grotesco y algunos de poco conocimiento gramatical hasta lo califican de “Bizarro”. El tema es que las corporaciones no son solo aquellas económicas, están también las de clase que son las que escriben y determinan leyes y al igual que un autor de ficción, borran personajes pero guardan otros, para temporadas venideras, y hasta los pueden resucitar cuando sean nuevamente necesarios.
Por eso al igual que todo puede pasar en una ficción, la vida real lo supera y todo esto que hoy ocurre, ya pasaba antes, pero es seguro que la gran mayoría miraba otro canal, ese de ficción que ahora convertido en realidad, nos asombra.