River no necesitó de una actuación superlativa para golear a Godoy Cruz en el Monumental, donde no triunfaba en Primera desde hace poco menos de un año. Los primeros dos tantos, convertidos en el inicio del compromiso, derrumbaron la estructura psicológica del conjunto mendocino, que redondeó la peor caída desde que juega en la elite.
Los hombres de Omar Asad, por su parte, saltaron al campo con la intención de tomar la iniciativa. Ese deseo se retrató en un disparo de Mauro Óbolo que se estrelló en el travesaño y un remate desviado de Alexis Castro. Empero, el local resolvió sus complicaciones gracias a Rodrigo Mora y Leonardo Ponzio, dos pilares fundamentales del Millonario. El uruguayo asistió perfectamente a Martín Aguirre en la apertura del marcador; asimismo, el mediocampista estableció el 2-0 parcial con un gran tiro libre.
Más allá de mantener una postura agresiva, Godoy Cruz sufrió demasiado el mal papel de su eje cerebral, David Ramírez, quien no pudo guiar a sus compañeros en toda la noche. Además, las desatenciones defensivas en el sector derecho y la pálida actuación del arquero Nelson Ibáñez también colaboraron para que el cuadro de Núñez consiguiera un categórico 5-0.
En tanto, la irregularidad del Tomba resulta asombrosa. Tras un auspicioso comienzo de certamen, en el que la escuadra cosechó un buen juego y resultados, la inconstancia típica del fútbol argentino se adueñó de la Bodega. Por ello, las posibilidades de integrar el lote de protagonistas y pelear por el título han bajado en sólo unas fechas.
Ante un adversario desmoronado anímicamente, River no sufrió sobresaltos y obtuvo su segunda goleada consecutiva. Sin embargo, tampoco demostró una exhibición futbolística brillante. La contundencia se erigió en su virtud principal y enterró cualquier intento de reacción del adversario en el segundo tiempo, por intermedio de el festejo de Mora y un doblete de Carlos Sánchez.
El último triunfo de River por 5-0 (Dato, vía @silviomaverino)
La buena racha que atraviesa el elenco riverplatense (en los últimos dos encuentros, convirtió en 9 ocasiones y mantuvo su valla invicta) alimenta el sueño de muchos simpatizantes en vísperas del clásico frente a Boca, dentro de pocas semanas. Y, a su vez, engorda el escuálido promedio del descenso, uno de los grandes dilemas de Matías Almeyda y sus dirigidos.