Seremos dos enamorados viviendo a contracorriente, con la palabra renuncia siempre en los labios pero con la alegría que supone el no haber convertido una vida entera en lacerante secreto. Me despido de lastres y cadenas y me aferro al amor y a tus ojos de cielo. La sentencia que tenga que cumplir no será más dolorosa que la condena que supondría vivir sin tu amor. Por ello no tengo miedo. Voy a vivir lejos de todo lo que lastima, de las sombras que denuncian porque envidian lo que no fueron capaces de defender en su pasado. Sin testigos maliciosos, sin inquisidores con el alma negra que, de tanto condenar, se olvidaron de vivir en libertad.
Seremos dos enamorados viviendo a contracorriente, con la palabra renuncia siempre en los labios pero con la alegría que supone el no haber convertido una vida entera en lacerante secreto. Me despido de lastres y cadenas y me aferro al amor y a tus ojos de cielo. La sentencia que tenga que cumplir no será más dolorosa que la condena que supondría vivir sin tu amor. Por ello no tengo miedo. Voy a vivir lejos de todo lo que lastima, de las sombras que denuncian porque envidian lo que no fueron capaces de defender en su pasado. Sin testigos maliciosos, sin inquisidores con el alma negra que, de tanto condenar, se olvidaron de vivir en libertad.